La energía nuclear se caracteriza por ser limpia, sin emisiones de gases de efecto invernadero y ecológica, aunque aún está en discusión su sostenibilidad. Sin embargo, presenta el inconveniente de que sus desechos son radiactivos. Francia ha presentado una propuesta sobre qué hacer con ellos. Veámosla.
Francia: un país donde la energía nuclear es la que manda pero… ¿qué hacer con los desechos radiactivos?
En Europa, este país es una de las mayores potencias nucleares, pero muchas de sus centrales y reactores están finalizando su vida útil, por lo que deben ser desmantelados para instalar otros de nueva tecnología los cuales serían los compactos SMR. Ahora el problema es qué hacer con los desechos radiactivos.
La empresa Électricité de France, una estatal encargada de gestionar la energía nuclear y toda la electricidad, ha propuesto un proyecto de reutilizar parte de estos materiales para hacer cacerolas, cubertería y pomos. O sea que, si la misma es aceptada, pronto tendrás estos artículos en tu mesa.
La idea de Électricité de France no es descabellada y sí muy llamativa
Lo primero que aclaró la compañía al presentar su plan, es que solo los materiales cuya radiactividad sea tan baja que se consideren seguros para el ser humano serían susceptibles a ser transformados en acero o hierro fundido para ser utilizados en la fabricación de nuevos artículos como cubertería de cocina.
Los otros metales que sean muy radiactivos serían enviados a los lugares de procesamiento de desechos nucleares habituales. Para esto se haría una medición para ser clasificados. De ser aprobado el plan, la Électricité de France construirá un centro de reciclaje, el cual se ubicaría en las cercanías de la planta de Fessenheim.
Cuyos reactores fueron clausurados en 2020. Este centro tendrá una superficie de, aproximadamente, 15 hectáreas. El mismo, en el transcurso de 40 años, tendría una capacidad de procesamiento de 500.000 toneladas de desechos de baja radiactividad, los cuales se ha calculado que son el 85 % del total.
Por lo tanto, el 15 % que queda, y que está muy contaminado, no se reciclaría sino que sería filtrado y enviado a las instalaciones adecuadas para su disposición. Este 85 % sería limpiado y fundido completamente, para ello se utilizará un horno de arco eléctrico que estaría calentado a una temperatura de 1.650 ºC.
De esta manera se produciran lingotes de metal de unos 20 kilogramos de peso que se destinarían a las diferentes industrias metalúrgicas convencionales. Por lo que servirían de materia prima para la creación de múltiples productos incluyendo cacerolas, tenedores, entre otros, para uso en el hogar y en la industria.
Es de señalar que hasta el año 2022 estaba prohibido el reciclaje y recuperación de todos los residuos radiactivos de las plantas atómicas. Pero la ley fue modificada y permite que los desechos que sean bajos en radioactividad puedan ser reutilizados para hacer diferentes productos.
Lo que dicen los grupos ambientalistas respecto al reciclaje
El reúso de materiales de desecho de las plantas nucleares desmanteladas, que sean muy poco radiactivos, no es algo nuevo. En este sentido, Alemania y Suecia ya tienen lugares donde se realiza esta actividad en forma innovadora creando artículos de uso diario tanto para el hogar como para la industria.
Pero, aun así, varias organizaciones ambientalistas entre las que se cuenta Stop Fessenheim están en contra de la idea, que ya se encuentra en debate, y ya han hecho algunas actividades en este respecto. Dicen que es una forma de diseminar y popularizar la radiactividad.
En conclusión, la solución que propone Francia para el reciclaje de los desechos radiactivos de muy baja contaminación, que provienen del desmantelamiento de las centrales nucleares que ya han cumplido su vida útil, es muy innovadora a la vez que es una posible salida ecológica para estos materiales.
