La humanidad ha alcanzado un gran logro enterrando una energía ya instaurada desde hace 2.000 años. Está de más decir que las energías renovables están tomando (poco a poco) el control del sector energético. De ahí el despliegue que ha hecho el Gobierno para implementarlas. Lo que se busca es dejar de depender de los combustibles fósiles, contaminantes para nuestra atmósfera.
En su lugar, diferentes compañías y naciones se están comprometiendo con la posibilidad de descarbonizar el sector. Todos los países tienen en su territorio fuentes de energía renovables, cuyo potencial todavía no ha sido aprovechado por completo. La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés) advierte que el 90% de la electricidad mundial puede, y debe, provenir de este tipo de energías en el año 2050.
Así como es como estamos implantándolas en nuestra vida dejando de lado otros métodos que hasta ahora habían sido eficientes y útiles, aunque no tan compasivos con el medio ambiente. Las renovables brindan una solución ante la dependencia a importante, permitiendo a los países diversificar sus economías.
António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, expuso la importancia del uso de las renovables: “Si no acabamos con la contaminación por combustibles fósiles y aceleramos la transición hacia las energías renovables, incineraremos nuestro único hogar”.
La humanidad deja atrás una energía que llevaba miles de años con nosotros
Siguiendo esta misma línea, las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) son que las energías renovables serán la principal fuente de creación de electricidad mundial a principios del año que viene. En su informe anual, la agencia sacó a la luz que la parte de las renovables en la producción de electricidad aumentará al 37% en 2026 comparado con el 30% de 2030, especialmente por la disminución de costes de la fotovoltaica.
Ante el avance de la electricidad producida por renovables, la producción de electricidad a partir de carbón quedará a un lado, con un bajón anual del 1,7% hasta 2026, debido especialmente al previsto declive del empleo de este combustible fósil por parte de China. Cabe destacar que, según varios historiadores, el carbón comenzó a utilizarse como fuente de energía en China hace 2.000 años.
Bajo estas circunstancias, la agencia indica que las emisiones de gases de efecto invernadero están ingresando en un “declive estructural”. La proporción de energías fósiles en la producción eléctrica se moverá del 61% de 2023 al 54% en 2026. Esto se traduce en la reducción del listón del 60% por primera vez desde que la AIE comenzó con los registros en 1971.
La humanidad está llegando a estos niveles de demanda de energía nuclear
“La generación de energía produce más emisiones que ningún otro sector en la economía mundial, por lo que es esperanzador que el rápido crecimiento de las renovables y la expansión sostenida de la nuclear confluyan para responder al aumento de la demanda mundial de electricidad en los tres próximos años”, declara Fatih Birol, director ejecutivo de la agencia.
Por otro lado, la AIE estima que la nuclear alcanzará un nuevo récord de producción en 2025 (de casi 3.000 TWh) y sobrepasará al de 2021, gracias a la puesta en marcha de nuevos reactores en China, India, Corea del Sur y Europa, además de la reconexión a la red de varias plantas de Japón que estaban fuera de servicio.
Las energías renovables y la nuclear representarán casi la mitad de la producción eléctrica mundial en 2026, frente al 40% registrado en 2023.
En definitiva, la humanidad ha logrado dejar a un lado el carbón, que ha sido una importante fuente de energía desde hace miles de años. ¿Te interesa el tema de la descarbonización? Entonces no puedes perderte el plan de Estados Unidos para descarbonizar sus cielos al 100%.











