Japón desde hace un par de décadas viene enfrentando un grave problema pero el caso es que no son los únicos afectados aunque sí son los que han tomado medidas para evitar sus consecuencias negativas. Esto con el fin de lograr sobrevivir en un contexto que es nuevo para ellos, pero que también llevan años investigando. En este sentido consiguieron la solución: metal y tornillos para sustituir huesos y carne.
El llamado Problema 2025 que afecta a Japón
Este es definido como la crisis económica y social que es producto de tener una población envejecida ya que la edad promedio se ubica en los 50 años y, de paso, la tasa de natalidad ha alcanzado un mínimo sin precedentes desde que comenzaron con estas estadísticas hace 75 años. Según el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar de Japón, en el año de 2024 solo nacieron 721 000 bebés.
La generación del récord del “baby boom” que marcó el nacimiento de 2,69 millones de bebés cumple este año 76 años. Este Problema 2025 explica que esta edad media de la población implica situaciones críticas como un mayor gasto de atención médica y sanitaria, una disponibilidad de menos mano de obra sobre todo para trabajos físicos y un gasto fiscal creciente a todo nivel de la sociedad.
La revolución: una estrategia a largo plazo
Ante esta situación que vive Japón, desde hace algunos años viene implementando el uso de robots para suplir a los seres humanos. Esto comenzó en el 2015 con los planes a largo plazo llamados Society 5.0 y Robot Revolution & Future Strategy los cuales incluyen subvenciones e incentivos para que la industria incorpore estas máquinas en tareas muy específicas a sus líneas de fabricación.
El país del sol naciente utiliza la automatización para seguir siendo competitivo (entre ellos se cuentan los más extraños robots y humanoides), ya que enfrentará a partir de este año un proceso de jubilación que incluirá a miles de operarios, técnicos, ingenieros, etc. Entre las industrias que son más susceptibles para la incorporación de estas máquinas están la metalmecánica, automotriz, electrónica y de bebidas y alimentos.
Entre los objetivos que tiene la automatización industrial, está la disminución de la dependencia de la mano de obra humana caracterizada por un envejecimiento cada vez más acentuado, lo que lleva al incremento del número de robots en la producción de bienes y servicios. Este es un proceso que trae un beneficio económico adicional, como lo es la exportación de esta tecnología.
De igual forma, este desarrollo de la robotización doméstica ofrece muchas ventajas para Japón puesto que mantiene la productividad, incluso la mejora, a la vez que implica una mayor resiliencia así como la apertura a nuevas oportunidades, la reducción de accidentes laborales puesto que estas máquinas son ubicadas en lugares de mayor riesgo y extensión de horarios de trabajo sin el pago de horas extras.
Pero la revolución no es solo en la industria
También en otros sectores los robots están cubriendo los puestos que han ido quedando vacantes por jubilación de los humanos, como son los robotaxis, un modelo de conducción autónoma de nivel 4 para el traslado de pasajeros que será exhibido en el próximo evento en Japón, Expo Osaka 2025 y el AIREC diseñado para prestar atención a pacientes geriátricos, capaz de cocinar menús básicos y especializados.
Concluyendo, el principal problema de Japón es su edad promedio laboral, que es muy alta combinado con una baja tasa de natalidad (problema que China ya no tarda en padecer, tomando en cuenta su cantidad de habitantes). Esta dificultad la han resuelto de una forma muy original como es la automatización de la industria y otros sectores, con la introducción de robots como sustituto de los humanos.