Existen muchos paisajes en la Tierra y algunos están repletos de vida tanto de flora como de fauna y otros no tanto por tener un clima que hace que las especies que vivan allí sean muy pocas y autóctonas, puesto que se han adaptado específicamente a este ambiente hostil. Te presentamos como pudieron dar vida a una zona llamada Mar de la Muerte lo que se creía era imposible. Echémosle una mirada.
Los desiertos y la energía fotovoltaica: una combinación que era imposible
Estas son regiones donde la aridez y la falta de agua las hacen muy inhóspitas tanto así que se creía imposible cualquier desarrollo tecnológico, En el marco de la energía fotovoltaica se suponía que era una combinación imposible por las temperaturas extremas, pero con la nueva tecnología en paneles solares estas zonas han tenido un resurgir para ofrecer condiciones ideales, ya que tienen una alta incidencia solar.
Otra de las razones es que son de extensiones muy grandes por lo que pueden ser instalados parques solares de gran capacidad y, generalmente son llanos con ausencia de montañas y vegetación que pudiera proyectar sombras indeseadas. De esta manera se pueden construir instalaciones que generaran electricidad sostenible, sin emisión de gases de efecto invernadero y limpia.
Una gigantesca instalación china para producir energía
En una región que se ubica en el norte de China, llamada Mongolia Interior, está el desierto de Kubuqi que tiene un área aproximada de 17 000 kilómetros cuadrados y es del tipo arenoso por lo que sufre de continuas tormentas de este material. En esta zona imposible, el gigante asiático se encuentra construyendo una enorme instalación de energía fotovoltaica que se llamara la “Gran Muralla Solar”.
La infraestructura empezó su construcción en el año 2017 y, una vez culminada para el 2030, tendrá unas dimensiones colosales, puesto que a lo ancho medirá cinco kilómetros con una longitud de 400 kilómetros y tendrá una capacidad de generación de electricidad de 100 GW. La instalación avanza a buen ritmo, puesto que ya está produciendo 5,4 GW suficientes para energizar a una pequeña ciudad.
Respecto a los módulos solares utilizados, estos serán del modelo bifacial y con un nuevo tipo de vidrio protector que extiende su vida útil más allá de los 30 años (estos paneles son similares a los utilizados por el gigante asiático en sus instalaciones en el Tíbet). Por otra parte, esta tecnología permite aprovechar los rayos solares reflejados por la arena y están diseñados para soportar las condiciones climáticas del ambiente desértico.
Estos elementos están siendo colocados en una extensión que se encuentra entre las localidades de Bayannur y Baotou en las cercanías del río Huang Ho. La iniciativa se enmarca dentro de una planificación que tiene como propósito la alimentación de la capital china, Pekín, y otras áreas urbanas a su alrededor con energía limpia y sostenible. Un hito que anteriormente se consideraba imposible.
Un proyecto que resucitará el desierto dándole nueva vida
Kubuqi era más conocido como el Mar de la Muerte debido a que allí no prosperaba vida por su extrema aridez. Pero con ese proyecto se hará lo que parecía imposible: resucitarlo por medio de las instalaciones de paneles solares, ya que se ha comprobado que ayudan a evitar la acción erosionadora del viento en los suelos y minimizan la evaporación al dar sombra lo que hace que la vegetación y la fauna regresen y se multipliquen.
En conclusión, con este parque solar se ha logrado un imposible y es dar una nueva vida al desierto de China conocido como el Mar de la Muerte con la instalación de módulos solares (similar a lo que hizo este país asiático al cubrir una montaña con paneles fotovoltaicos). Esta estructura fue bautizada como la “Gran Muralla Solar” de China y generará, para el 2030, 100 GW de energía limpia.