Europa da marcha atrás con el motor de combustión: los desconocidos e-fuels que se van a salvar

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Publicado el: 1 de agosto de 2024
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La Unión Europea mantiene desde 2021 el compromiso de dejar de vender vehículos con motor de combustión interna para 2035. El plan se apoyaba en el rápido desarrollo que estaban experimentando los coches eléctricos, los e-fuels y la pila de combustible, que debían estar ocupando un 50% de la planta automotriz europea para el fin de esta década, pero muchas empresas se están retractando.

El objetivo de las cero emisiones se nos escapa: la demanda de coches eléctricos en caída libre

Cuando se firmaron los acuerdos internacionales para la prohibición del motor de combustión en la UE, se sabía desde un principio que el objetivo era ambicioso. Reemplazar millones de vehículos tradicionales por modelos cero emisiones en poco más de una década es una tarea titánica para la cual los gobiernos tuvieron que invertir mucho capital en infraestructura e incentivos para los fabricantes.

Sin embargo, el mercado de los coches eléctricos no ha crecido al ritmo que se esperaba pese a los importantes esfuerzos de parte de las autoridades de la Unión Europea y organizaciones internacionales. De hecho, la demanda ha caído hasta el punto de que empresas como Volkswagen han anunciado que volverán a invertir en coches de combustión para mantener sus finanzas a flote.

Cada vez son más las voces que afirman que «hemos sido demasiado optimistas». Las principales causas apuntan al complejo estado de las relaciones internacionales con China tras la aplicación de aranceles a sus coches eléctricos debido a las denuncias por competencia deshonesta. La Comisión Europea sólo permitirá motores que usen e-fuels para el mercado  de la combustión interna.

Los motores de combustión se quedan: la UE confía en los e-fuels

Los coches eléctricos chinos, más baratos que los europeos, siguen acaparando el mercado, lo que ha llevado a los fabricantes locales a elevar reclamos por competencia desleal, presionando a Bruselas para imponer aranceles a estos vehículos. En consecuencia, el gigante asiático ha advertido que responderán el golpe con nuevos gravámenes a las importaciones europeas para presionar nuestra economía.

Por su parte, la Comisión Europea se ha mantenido firme en la eliminación de los motores térmicos para 2035, aunque ha anunciado que hará una excepción con aquellos modelos de combustión diésel y de gasolina, así como los híbridos con sus variantes y las pilas de hidrógeno. Sin embargo, sólo se incluirá a aquellos modelos que empleen únicamente e-fuels para mantener la política de cero emisiones.

De acuerdo a los datos de la industria, se espera que la demanda de este tipo de vehículos siga creciendo hacia el 2040. Esta sería una alternativa para seguir vendiendo motores de combustión sin retroceder en la descarbonización. No obstante, los e-fuels son más costosos que los tradicionales, presionando de este modo a los usuarios a acelerar las ventas de coches eléctricos.

Los eléctricos en la cuerda floja: los gobiernos buscan ganar tiempo

Del otro lado del Atlántico, Donald Trump sigue ganando terreno en las encuestas ante la fragilidad del actual presidente Joe Biden. Para la UE, esto implica más obstáculos en las negociaciones de paz en la frontera con Rusia. La estrategia de la Comisión Europea parece enfocarse en ganar tiempo en lo que se busca una salida que nos permita aliviar la presión sobre las compañías locales.

El desarrollo de motores de hidrógeno e infraestructura para la producción, almacenamiento y distribución avanza a buen ritmo, aunque no tanto como sería deseable. Lo mismo ocurre con las instalaciones para e-fuels y las tecnologías que pudieran reducir los costos de la fabricación de vehículos eléctricos más accesibles dentro de nuestras fronteras.

¿Sobrevivirán las marcas locales a esta tormenta geopolítica?

Ante la incertidumbre, la mejor estrategia es la diversificación, como el proyecto de 5000 millones de euros para producir hidrógeno verde en España. Aunque el panorama en este momento se torne difuso hacia el futuro, los e-fuels podrían ser el puente tecnológico que necesitamos.