El espacio sideral guarda muchos secretos los cuales hemos venido desentrañando con el tiempo, sobre todo en lo referente a la aparición de nuevos cuerpos celestes, los cuales no son observados directamente, sino deducidos a través de sus efectos. Un ejemplo es el Planeta 10 encontrado por la NASA el que se encuentra en los bordes exteriores del Sistema Solar y no es el famoso 9 que tanta conmoción causó.
El Planeta 9: un gigantesco mundo aún no observado directamente
El mismo también es conocido como el Planeta X, del que se dedujo su existencia debido a la agrupación de los objetos llamados transneptunianos (TNOs). Los que se encuentran en el Cinturón de Kuiper en los límites del Sistema Solar, cuyo comportamiento estaría influenciado de forma gravitacional por un cuerpo celeste desconocido que sería masivo y que se encontraría a gran distancia después de la órbita de Neptuno.
Este desconocido estaría muy cerca de Plutón. Las observaciones de este hipotético objeto, han permitido estimar algunas de sus características. Como que está a una distancia del Sol comprendida entre 400 y 800 unidades astronómicas (para que tengas una idea, la Tierra está a una unidad astronómica de nuestro astro rey) y tiene una masa que se ubica entre 6 y 11 veces la de nuestro hogar pero ahora se ha descubierto otro.
Un nuevo objeto vendría a unirse a nuestra familia en el Sistema Solar
Un equipo de científicos adscritos al Laboratorio Planetario y Lunar de la Universidad de Arizona, en los Estados Unidos, ha publicado un trabajo en la prestigiosa revista Astronomical Journal. El mismo presenta pruebas muy sólidas de que, luego de la órbita de Neptuno, existe el que han bautizado como el número 10 el cual todavía no ha sido observado directamente porque esta zona del espacio es muy oscura.
Además de encontrarse a una gran distancia de la Tierra (como este gigante que es 17 000 veces más grande que nuestro mundo). Pero se sabe de su existencia de forma indirecta por la influencia que ejerce sobre la gravitación de un conjunto de rocas interestelares las que han sido bautizadas como KBOs, ellas se encuentran en el Cinturón de Kuiper ubicado al exterior de nuestra galaxia.
Estas son escombros que existen desde la época de la aparición del Sistema Solar, que orbitan al Sol siguiendo una inclinación muy típica en el plano que los expertos conocen como “invariable”. Pero se han detectado alteraciones muy particulares en la misma que sugieren la presencia de un objeto cuya gravedad estaría afectando esta órbita entre Neptuno y Plutón, aunque más cerca del primero.
Las observaciones han dado como resultado un cuerpo que tendría una masa aproximada equivalente al promedio entre la de Marte y la Tierra. En concreto, los cálculos que dicen que hay un gran objeto desconocido, resultan de la observación de la órbita de los KBOs la cual se inclina ocho grados respecto al plano. Por lo que esta alteración de la órbita en esta zona debe ser producida por el Planeta 10.
Se descarta que sea el llamado “X” como han sugerido algunos
Se ha determinado que es un cuerpo diferente al Planeta 9 por varias razones como la distancia, ya que se ha calculado que el cuerpo recién descubierto está a unas 60 o 70 unidades astronómicas, además si fuera el X tendría una masa equivalente a unas 11 veces la de la Tierra estimada por la influencia sobre los KBOs y este nuevo se ubica entre las órbitas de Neptuno y Plutón, pero más cerca del gigante.
Como conclusión, el descubrimiento del Planeta 10 ha sido un gran hito para la NASA (así como el entusiasmo que despertó el hallazgo del noveno cuerpo planetario en el Sistema Solar). Por otra parte, si bien no ha sido visualizado directamente, la realidad de su existencia ha sido determinada mediante observaciones indirectas como su afectación en las órbitas de objetos del Cinturón de Kuiper.