En los últimos meses se ha repetido una idea llamativa (geólogos habrían encontrado un yacimiento de hierro “nuevo” y descomunal en Australia con unas 55.000 millones de toneladas). El titular impresiona, pero la clave científica va por otro lado. Lo novedoso no es que la provincia de Hamersley aparezca de repente en el mapa (lleva décadas siendo un gigante minero), sino que un equipo liderado desde Curtin University ha puesto fecha con más precisión a cuándo se enriquecieron los minerales que hoy se explotan.
Depósito de mineral de hierro en Hamersley (Pilbara) qué se afirma y qué se ha medido
La cifra de 55.000 millones de toneladas suele presentarse como si fuera un “hallazgo” reciente, cuando en realidad se trata de una magnitud atribuida al conjunto de grandes cuerpos mineralizados de la región en relatos divulgativos. Algunas estimaciones mediáticas incluso traducen ese volumen a dinero usando un precio orientativo de referencia (por ejemplo, alrededor de 105 dólares por tonelada), lo que arroja números de billones. El problema es que esa operación mezcla conceptos (recurso, reserva, ley del mineral, costes de extracción y precios que suben y bajan).
Lo verificable en fuentes primarias es más concreto (y, a la vez, más interesante). El trabajo científico se centra en datar directamente minerales de óxidos de hierro para reconstruir el momento en que formaciones antiguas pasaron de tener alrededor de un 30 por ciento de hierro a superar el 60 por ciento, que es el rango típico de mineral comercial de alta ley.
Datación isotópica U Pb y supercontinentes (la pieza que reordena el relato)
Según el comunicado de Curtin University, la nueva técnica de geocronología aplicada a minerales de óxido de hierro sitúa la formación de los grandes depósitos de Hamersley entre 1,4 y 1,1 miles de millones de años, aproximadamente mil millones de años más “jóvenes” de lo que se venía asumiendo en muchos esquemas previos.
Ese cambio de calendario no es un detalle académico. La hipótesis que gana fuerza es que la mineralización de gran escala se relaciona con etapas de reorganización tectónica ligadas a ciclos de supercontinentes, cuando se rompen masas continentales antiguas y se ensamblan otras nuevas. En el propio comunicado se apunta que esa energía geológica pudo impulsar la movilización y concentración de hierro a escala continental, lo que ayuda a explicar por qué Pilbara acumula volúmenes tan extraordinarios.
Reservas mundiales de hierro y por qué el número “récord” necesita contexto
Para calibrar cualquier cifra espectacular conviene mirar el panorama global. El Servicio Geológico de Estados Unidos estima recursos mundiales de mineral de hierro superiores a 800.000 millones de toneladas de mena (y más de 230.000 millones de toneladas de hierro contenido). En ese marco, Hamersley encaja como el mayor distrito conocido, pero no como un “tesoro recién desenterrado”, sino como una pieza central de un sistema planetario mucho más amplio.
También es relevante distinguir entre lo que existe bajo tierra y lo que puede explotarse con rentabilidad y con límites ambientales aceptables. Ahí entran la ley del mineral, el agua disponible, la energía, la infraestructura y la aceptación social. Australia sigue siendo el gran proveedor global y, según Curtin, el hierro es el principal producto exportador del país, pero el mercado no paga toneladas teóricas sino mineral producido, transportado y vendido en un ciclo de precios volátil.
Exploración minera en Australia qué puede cambiar a partir de ahora
La aportación práctica del estudio es metodológica. Si se puede fechar con más precisión el “momento de enriquecimiento” de los óxidos de hierro, se pueden buscar señales equivalentes en otros cratones y cinturones de rocas antiguas donde hoy no se explota por falta de certeza geológica. Es una brújula temporal para orientar perforaciones, reducir campañas fallidas y, en teoría, disminuir desperdicio.
En paralelo, la lectura pública seguirá tensionada entre ciencia y titular. De hecho, artículos de divulgación y agregadores han presentado el estudio como el descubrimiento del “mayor yacimiento”, cuando fuentes académicas lo describen como una revisión de edad y de procesos de formación de depósitos ya conocidos en la provincia.
El estudio completo, titulado ‘ Un cambio de mil millones de años en la formación de los depósitos minerales más grandes de la Tierra,en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences ( PNAS) y, una vez publicado, se podrá encontrar aquí: https://www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.2405741121













