Desde sus inicios, las energías renovables se han mantenido en una constante evolución, aunque en la actualidad la carrera para optimizarlas es cada vez más veloz. El crecimiento de las necesidades energéticas va en franco aumento, tanto por la reducción del uso de los combustibles fósiles como por las enormes exigencias de las nuevas tecnologías. Y a pesar de que siempre hay que mirar hacia el futuro, la clave de todo podría estar en el pasado, porque estos elementos fueron creados hace 35 años, pero siguen en pleno funcionamiento.
Las renovables progresan en cantidad y calidad
Las investigaciones relacionadas con las fuentes energéticas limpias suelen estar en la búsqueda de nuevas maneras de obtenerlas, sin embargo, hasta el presente, la eólica y la solar siguen teniendo todas las preferencias debido a la abundancia de esos recursos naturales. De manera que su perfeccionamiento es un objetivo prioritario, porque es necesario que sus costos sean asequibles y que su eficiencia sea mejorada.
Entre las renovables, el uso de la energía solar ha demostrado ser mucho más práctica y fácil de instalar a nivel casero y en plantas fotovoltaicas especializadas, porque no requiere de infraestructuras muy complicadas. Ahora bien, es probable que la clave para optimizar esta tecnología energética que resulta tan útil para el mundo se encuentre en el pasado, porque fue creada hace 35, pero su futuro podría estar justo allí.
Los primeros paneles solares guardan información vital
Suiza comenzó a instalar sus primeros paneles solares hacia finales de la década de los 80 del siglo pasado, y todavía permanecen allí, así que un grupo de investigadores decidió que era un buen momento para estudiar el estado de su rendimiento después de más de 30 años de actividad. Y simultáneamente, evaluaron cómo las condiciones medioambientales han influido en su desgaste durante todo ese período.
Los paneles solares son de las marcas ARCO AM55 y Siemens SM55, y han estado en funcionamiento durante unos 35 años en 6 lugares que se encuentran a diversas altitudes (compiten con estos que instaló China en el Tíbet), y que, por tanto, presentan condiciones climáticas diferentes. Lo primero que se puede resaltar de esta investigación es que la reducción de su productividad anual es de 0.24% en promedio, un nivel bastante inferior a los esperados, que son cercanos al 1%.
De manera que después de todo ese tiempo pasado en servicio, presentan unos niveles inesperadamente elevados de rendimiento de alrededor del 80% o un poco más. El otro factor evaluado, las condiciones del medioambiente, también influyeron en el deterioro de esos aparatos tecnológicos, pues entre las zonas más alta y baja, la diferencia era de 20°C, y a bajas temperaturas se perdió un 0.11% de producción anual.
Y con mayor calor esa pérdida alcanzó un 0.35%. Los científicos concluyeron que, a pesar de que las temperaturas elevadas tienen una influencia en la aceleración de la reducción de la productividad de los paneles solares, el factor más relevante es la calidad de los materiales que usaban para su fabricación en el pasado, que resultaban mucho más costosos que los actuales, pero a cambio su vida útil es mucho mayor de lo esperado.
Una revisión del pasado podría mejorar el futuro
El valor de esta investigación pone al descubierto cómo los materiales usados en el pasado para la fabricación de los paneles solares, que entre otras cosas contaban con celdas de silicio más densas y vidrios más gruesos, prolongan su utilidad. Mientras que los actuales son más accesibles económicamente y de mayor eficiencia, pero con durabilidad menor, así que en el futuro se podrían tomar en cuenta ambos factores.
En conclusión, se realizó una investigación acerca del estado en que se encuentran los primeros paneles solares que se instalaron en Suiza desde finales de la década de los ochenta, y que todavía están en funcionamiento (es como este módulo fotovoltaico que es el primero de la historia). Los científicos determinaron que las altas temperaturas ambientales aceleraban su deterioro, pero a pesar de tener alrededor de 35 años de actividad, aún conservan más del 80% de productividad, lo que atribuyeron a la calidad de los materiales que se usaban en el pasado para su fabricación, algo a tomar en cuenta para el futuro de esta tecnología.