Desde que los seres humanos dieron sus primeros pasos organizándose en ciudades, que con el transcurso del tiempo crecieron hasta llegar a tener las dimensiones actuales, comenzaron también a transformar la naturaleza para que se moldeara a sus necesidades. Esto favoreció sus intenciones, pero también causó enormes daños, uno de ellos es que el planeta se volviera una caldera, y seguirá empeorando si no trabajamos juntos.
El progreso ha favorecido el crecimiento poblacional
El progreso que la humanidad ha logrado en diversas áreas ha favorecido el crecimiento de la población y ha prolongado la esperanza de vida de forma casi sorprendente en comparación con lo que ocurría hace un siglo. Obviamente, si hay más personas, se va a necesitar una cantidad creciente de recursos para poder mantener y mejorar su bienestar, así como también para optimizar y acelerar el progreso tecnológico.
Eso implica una mayor explotación de diferentes clases de elementos naturales, así como también una mayor intrusión de la civilización en el medioambiente natural, lo cual en el corto plazo parecería ser una ganancia para el crecimiento de cualquier ciudad, pero con el paso del tiempo la realidad se hace evidente. Ahora mismo el planeta se vuelve una caldera y seguirá empeorando si no trabajamos juntos.
El verano llegó a Europa con temperaturas extremas
Este verano ha llegado con un ímpetu inusitado a Europa, en todos los países se está sintiendo el incremento del calor con mucha fuerza, y se habla en la mayoría de los casos de temperaturas históricas, que nunca se habían sentido desde que existen los registros. El planeta que había sido complaciente ahora muestra las consecuencias del daño infligido por el hombre, y solo su acción podrá restaurar su armonía.
La totalidad del continente está afectado por una oleada calorífica y particularmente en España ha superado los 40°C en algunas ciudades, destacándose especialmente en una población situada al sur llamada El Granado, donde alcanzó los 46°C (aunque también la península tiene áreas donde el frío es perenne como el Triángulo del Hielo). Eso es algo totalmente nuevo, pues es la primera vez que sucede algo así durante el mes de junio.
Pero los españoles no son los únicos perjudicados por el exceso de calor, pues en otras latitudes del viejo continente también están padeciendo este problema, Alemania, Francia, Italia y hasta el Reino Unido podrían estar a 35°C en el transcurso de los próximos días. Estas temperaturas extremas resultan muy perjudiciales para los humanos y animales porque podrían causar problemas de salud, e incluso provocar su muerte.
Según los expertos, esta situación es generada por el calentamiento global, y a menos que todas las naciones tomen medidas con respecto a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero y la deforestación, esta tendencia solo va a empeorar. La supervivencia del planeta y de la vida dependen hoy en día de acelerar la transición energética para dejar el uso de combustibles fósiles y del cuidado del medioambiente.
El calentamiento global amenaza la vida y al planeta
Actualmente, Europa está comprometida con la meta de alcanzar la descarbonización en el 2050, pero esa es una labor en la que tendrían que estar participando todos los países, porque cada uno contribuye con sus emisiones al calentamiento global. Y esta es la causa de las alteraciones meteorológicas que amenazan al planeta, así que la supervivencia depende de las acciones conjuntas de la humanidad.
En conclusión, este verano llegó con un ímpetu inusitado a Europa, Alemania, Francia, Italia y hasta el Reino Unido podrían estar a 35°C, España ha superado los 40°C en algunas ciudades, como El Granado, que alcanzó los 46°C, la más elevada para un mes de junio. Esta situación es generada por el calentamiento global (en esta zona de nuestro país también hay temperaturas extremas) en nuestro planeta.