El hecho de que la capacidad de producir electricidad cada día sea más dependiente de las condiciones climáticas puede ser una oportunidad única para algunas naciones. Sobre todo, si cuenta con una gran abundancia de recursos como el sol, viento y agua, para poder desarrollar una industria vigorosa basada en las renovables. Ahora bien, para España esto no es un obstáculo, porque si hay algo que no le falta son las fuentes de energía naturales. Realmente, uno de sus mayores problemas está en otro aspecto que resulta aún más vital.
Hay cambios que requieren un período de adaptación
El rápido crecimiento que se está logrando en el sector de las renovables le está brindando a diversos países la posibilidad de alcanzar su autonomía energética. Esta es una gran ventaja, porque hasta hace poco estaban sometidos al inestable mercado petrolero, y ahora esa dependencia quedará en el pasado. Pero, como en todo cambio, es necesario pasar por un período de adaptación para ajustarse a las nuevas condiciones.
Esto implica que, en muchos casos, es necesario que los sistemas energéticos con que cuentan en esos lugares requieran algunas modificaciones para funcionar adecuadamente. Y es precisamente ahí donde se presenta uno de los mayores problemas que tiene España en la actualidad. Pues, si bien es cierto que la energía natural es un recurso que tiene en grandes cantidades, hace falta otra cosa, algo mucho más vital.
España necesita modificar su sistema de electricidad
El sistema eléctrico de España ha mostrado algunas debilidades, y no es precisamente porque haya una carencia energética, pues las renovables se producen en exceso. Realmente, uno de los mayores problemas se ha presentado en sus redes de distribución, cuyos nudos tienen una saturación del 83.4%. Esto impide que exista una conexión segura entre los lugares donde se genera la energía y los sitios que la consumen.
Esta información, emitida por las propias empresas encargadas de transportar la energía eléctrica, indica claramente que carecen de la capacidad de responder a las demandas de nuevos clientes. A pesar de que la producción de las renovables es muy abundante, sobre todo en zonas rurales remotas y la luz solar del verano, el inconveniente se incrementa. Porque el sistema actual no puede trasladarla oportunamente.
Como consecuencia, en las horas del mediodía, cuando aumenta la capacidad energética, resulta muy barata y en ciertos momentos hay que paralizar la producción, desperdiciando ese potencial. Por eso es urgente establecer una conexión confiable y estable entre los centros productores de las renovables y los lugares de alto consumo. De lo contrario, España perderá la posibilidad de liderar la transición energética europea.
El progreso depende de la distribución energética
Contar con los recursos naturales necesarios para la producción de las renovables no es suficiente para obtener un suministro confiable de electricidad. Porque también se requiere que esa energía llegue a los lugares donde se necesita de una forma estable, sin que haya pérdidas en el trayecto. Y es aquí donde está el problema de España, en la falta de ese elemento vital, una red amplia y sólida que conecte la producción con el consumidor.
Porque con una saturación del 83.4% en los nudos de distribución, es imposible que pueda satisfacer los requerimientos de nuevos clientes. Sobre todo, porque muchos de ellos necesitan grandes cantidades de energía porque se trata de centros de datos y grandes empresas tecnológicas. Por eso es urgente e indispensable el desarrollo de un sistema moderno que permita llevar la electricidad a todas partes de una forma eficiente.
En definitiva, uno de los mayores problemas del sistema eléctrico de España no se encuentra en la carencia de energía, porque la tiene en abundancia. La principal dificultad que presenta actualmente es la falta de algo tan vital como una red de distribución amplia, sólida y estable. Porque de acuerdo con la información emitida por las empresas encargadas de esa tarea, existe una saturación del 83.4% en ese sistema lo que puede llevar a un nuevo apagón. Esto impide la conexión adecuada entre los centros de producción energética y los lugares donde se consume, provocando grandes pérdidas.