La geografía de España es tan rica y apasionante, que siempre nos gusta echarle un vistazo a las curiosidades más insólitas. Si la semana pasada descubrimos la ciudad que va a cambiar de continente —con un conflicto que estamos temiendo—, ahora nos hemos quedado de piedra (y nunca mejor dicho) con este pueblo: está abandonado desde hace décadas por un error que te parecerá de película.
Un pueblo singular y amurallado, pero casi sin población desde hace décadas
Muralla de Granadilla es un pequeño pueblo situado al noroeste de la provincia de Cáceres, en la comunidad autónoma de Extremadura. Se encuentra enclavado en un paraje natural de gran belleza, rodeado de montañas y bosques, en las proximidades del río Alagón —del que recordarás que te hablamos hace poco—.
Durante la Edad Media, este lugar fue un importante enclave defensivo y llegó a albergar una floreciente comunidad intramuros. Sin embargo, en la actualidad está completamente deshabitado desde mediados del siglo XX, algo que parece impresionante viendo sus cuidadas calles.
A pesar de estar abandonado, Muralla de Granadilla conserva un rico patrimonio histórico y arquitectónico, siendo su monumento más representativo la imponente muralla medieval que rodea el antiguo casco urbano. De hecho, es una de las construcciones de este tipo mejor conservadas de todo nuestro país.
La historia de Muralla de Granadilla, en un vistazo: lo que sucedió en el pueblo
Granadilla fue fundada en la Edad Media, en el siglo XII, cuando la zona estaba bajo dominio musulmán. Su posición estratégica en una colina junto al río Alagón la convirtió en un importante enclave defensivo —de ahí su muralla, aunque se levantó tiempo después— y comercial.
Tras la conquista cristiana en el siglo XIII, Granadilla pasó a manos de la Orden del Temple. Los templarios reforzaron las defensas del pueblo y construyeron un castillo sobre la antigua fortaleza musulmana. Esta fortificación jugó un papel clave durante las guerras entre los reinos de Castilla y León en la Edad Media.
A finales del siglo XV, con la desaparición de la Orden del Temple, Granadilla se integró en el señorío de los condes de Plasencia. El pueblo vivió una etapa de esplendor bajo el patrocinio de esta poderosa familia noble, que fue una de las más influyentes de toda España (o, mejor dicho, de la que sería después).
El declive de Muralla de Granadilla: así llegó a su actual abandono
Granadilla empezó a entrar en declive en la primera mitad del siglo XX debido a varios factores. El aislamiento geográfico del pueblo, situado en un valle rodeado de montañas, dificultaba las comunicaciones y el comercio. Además, la falta de industrialización y oportunidades laborales provocó la migración masiva a las ciudades.
Pero el factor decisivo fue la construcción del embalse de Gabriel y Galán en los años 60, que supuso la inundación de gran parte del término municipal de Granadilla. Aunque el pueblo no quedó cubierto por las aguas, sí quedó rodeado por ellas.
Esto obligó al abandono definitivo de Granadilla en 1969, cuando sus últimos habitantes fueron reubicados en un nuevo pueblo construido en las afueras. De ahí el error que te comentamos, puesto que subestimaron la acción de la naturaleza —algo que seguimos haciendo hoy, no hemos aprendido—.
Desde entonces, el antiguo Granadilla permanece deshabitado, convirtiéndose en un pueblo fantasma custodiado por su imponente muralla. El agua del embalse ha provocado daños en los edificios más cercanos a la orilla, acelerando el deterioro del patrimonio arquitectónico que los habitantes tuvieron que abandonar.
Como ves, la muralla de Granadilla es un punto enigmático, curioso y que acepta todos los adjetivos sinónimos que le quieras poner. ¿Quién se iba a imaginar que tendríamos un pueblo cercado por error en la España actual? Quizá sitios como este son los que han llamado la atención de la mismísima UNESCO, que quiere convertir a este otro pueblo en Patrimonio de la Humanidad (bien lo merece).
