Desde el inicio de la era industrial, los seres humanos han estado tan ocupados en su desarrollo que llegaron a ignorar los daños que estaban generando en la superficie terrestre, y fue casi a finales del siglo XX cuando se tomó en serio la magnitud de sus efectos. Así que actualmente estamos al borde del punto de no retorno para el planeta, y si no hacemos algo al respecto, todos pagaremos las consecuencias.
La contaminación es una guerra contra el planeta
El tema de la contaminación ambiental puede parecer algo trivial comparado con las implicaciones que podrían tener las diversas amenazas de conflictos bélicos que hay en diferentes partes del mundo. Sin embargo, es crucial dar a conocer que el deterioro del medioambiente puede traer consecuencias tan nefastas como una guerra, porque tiene una capacidad similar de generar caos, destrucción y muerte.
La actividad humana puede resultar tan dañina para la naturaleza como cualquier cataclismo, esto resulta muy evidente cuando se observa cómo quedan los entornos naturales cuando en sus cercanías existe algún tipo de explotación minera. Ese es el tipo de cosas que nos ha traído a donde estamos, al borde del punto de no retorno para el planeta, y si esto no cambia pronto, todos pagaremos las consecuencias.
Las emisiones de CO2 se han incrementado
El objetivo central del Acuerdo de París consiste en restringir el aumento de la temperatura promedio del planeta a 1.5°C con relación a los niveles de la era preindustrial, pero el incremento de las emisiones de CO2 en 2024 complicó la situación. Pues de acuerdo con las investigaciones realizadas por los expertos, si se producen más de 80 000 millones de toneladas de ese gas, los efectos del calentamiento serían irreversibles.
Eso demuestra que no se ha cumplido con la tarea de reducir la producción de dióxido de carbono, pues para el 2020 ese margen de emisión de CO2 era un 80% mayor. Pero no solo se trata de mostrar cifras, esto va mucho más allá, porque el calentamiento global ha tenido un efecto devastador en la aceleración del derretimiento de los glaciares de la Antártida y Groenlandia que han aumentado los niveles de los océanos.
Si no se reducen las emisiones, existe un 66% de probabilidades de que se superen los 1.5°C en los próximos años, incluso marcan el año 2027 como de no retorno, lo que significa que el daño medioambiental será cada vez más importante. Y aunque se aumente el límite de emisiones de CO2 hasta 390 000 millones de toneladas, considerando que un aumento de 1.7°C es aceptable, en 9 años también se rebasaría esa temperatura si no se realizan cambios efectivos.
El calentamiento global constituye una seria amenaza para la vida en el planeta, provoca daños irreversibles en los ecosistemas y pérdida de la biodiversidad. La falta de voluntad para reducir las emisiones está llevando a la humanidad hacia un punto de no retorno (aunque ya hay un polémico acuerdo para disminuirlas triplicando la energía más peligrosa), a menos que realicen las acciones necesarias para reducir los daños.
Las condiciones ambientales adversas producen migraciones
Si el calentamiento global se sigue acelerando, muy pronto el planeta se convertirá en un lugar inhóspito para la vida, donde algunos lugares quedarán hundidos bajo las aguas, mientras que otros serán sometidos a sequías inclementes. En ambos casos se producirán grandes migraciones de seres humanos que se verán obligados a salir de sus hogares en busca de mejores condiciones para poder sobrevivir.
Concluyendo, el objetivo del Acuerdo de París para restringir el aumento de la temperatura promedio del planeta a 1.5°C con respecto a los niveles de la época preindustrial, está comprometido como lo demuestra el incremento de las emisiones de CO2 (Estados Unidos ha inventado esta máquina que incinera el CO2 de la atmósfera). Se deben tomar las medidas correctas para que la Tierra no sea un lugar inhóspito para la vida.