España continúa avanzando hacia la movilidad eléctrica. Pero aunque tiene mucho entusiasmo, también hay momentos de frustración. Mientras la venta de coches eléctricos crece y los fabricantes lanzan modelos cada vez más accesibles, la infraestructura aún no es del todo desarrollada para acompañar ese cambio. Hay inversión, proyectos y promesas pero también están acompañadas de demoras y desigualdades. La realidad es que el país continúa desarrollándose y la mirada de los conductores de autos eléctricos sigue siendo la misma: falta agilidad y cobertura.
Un avance que no termina de alcanzar el ritmo
España logró que en los últimos años el número de los puntos de recarga creciera sostenidamente. Pero la realidad es que aún no son suficientes para acompañar esta demanda. Según datos oficiales, el país dispone de cargadores de recuperar gran parte de la batería de un vehículo en apenas pocos minutos. Son los más eficientes del mercado, pero están lejos de ser una opción para gran parte de los usuarios de este tipo de autos.
El problema principal no está en la tecnología. Es la falta de infraestructura. Los puntos de carga ultrarrápida se concentran en áreas muy concretas dejando vastas zonas del territorio con cobertura escasa o prácticamente nula. Esto obliga a los conductores a planificar los viajes con cuidado y depender de aplicaciones para encontrar estaciones operativas. Además, la instalación de nuevos cargadores enfrenta grandes trabas burocráticas y técnicas lo que ralentiza los procesos.
¿Cuáles son los puntos de recarga que todos quieren?
Aunque hay algunas limitaciones, las iniciativas están marcando un camino diferente. En este último tiempo, ha desembarcado en España una empresa que podría ser una solución a esta problemática. Se trata de Fastned, una compañía neerlandesa especializada en carga ultrarrápida que ya inauguró sus primeras estaciones con potencias de hasta 400 kW, capaces de recargar varios coches al mismo tiempo en apenas unos minutos.
Estas instalaciones están ubicadas en puntos estratégicos de la red de autopistas, representando un modelo de eficiencia. Con techos solares, cargadores universales y un diseño para reducir la espera de los conductores al mínimo. Fastned busca expandirse en España y lograr el mismo éxito que tuvo en Países Bajos y Alemania, donde los vehículos eléctricos logran viajar largas distancias sin preocuparse por la autonomía.
Sin embargo, su llegada pone en evidencia el contraste con la situación general. Mientras algunas estaciones logran ofrecer una estación de carga comparable con la de cargar gasolina, muchas otras siguen siendo muy lentas o están fuera de servicio. El desafío estará en instalar más puntos de recarga y a la vez garantizar que funcionen de forma fiable y en todo el territorio.
Una infraestructura que necesita madurar
En la actualidad, los puntos de recarga de alta potencia continúan siendo una minoría y muchos siguen siendo parte de proyectos piloto. Esto provoca una enorme brecha entre las expectativas de quienes manejan y la realidad en la carretera. Los conductores valoran la rapidez de carga, pero sobre todo la seguridad de saber que podrán viajar por grandes trayectos sin contratiempos. España tiene la tecnología y los proyectos pero necesita lograr que esos avances dejen de ser excepciones y se conviertan en parte de la realidad.
Los puntos de recarga más avanzados del país demuestran que la tecnología pude ayudar a impulsar a la movilidad eléctrica. El desafío para España está en hacerla más accesible. De poco sirve tener la posibilidad de cargar el coche en 15 minutos si las estaciones siguen siendo escasas o muy difíciles de encontrar. España se encuentra en una etapa decisiva. O consolida su red de carga para acompañar el crecimiento de la movilidad eléctrica o corre el riesgo de que esta innovación quede limitada a unos pocos.