Las ciudades europeas comienzan a prepararse para un nuevo cambio en su forma de moverse. Las nuevas tecnologías de transporte avanzan más rápido de lo que las normas pueden seguirles el paso. Las calles de este continente, caracterizadas por ser estrechas, antiguas y llenas de historia, están por convertirse en el mayor laboratorio del mundo. La conducción autónoma comienza a abrirse paso entre las regulaciones y las dudas. Pero su llegada no será tan fácil, las ciudades de Europa plantean desafíos que ni estos sistemas tan sofisticados han enfrentado.
Una revolución que pondrá a prueba las calles de Europa
Europa no es un terreno fácil para la conducción autónoma. Sus ciudades fueron diseñadas hace mucho tiempo, antes del automóvil, y su trazado complica cualquier intento de automatizar la movilidad. A diferencia de las amplias avenidas de Estados Unidos, las ciudades europeas están repletas de variables difíciles de predecir. Están llenas de peatones, ciclistas, calles empedradas, tráfico denso y una infraestructura antigua que obliga a estos sistemas a reaccionar con extrema precisión.
Estas condiciones convierten al continente en una gran prueba para la conducción autónoma. Las empresas del sector lo saben y avanzan con cautela. Un pequeño fallo aquí podría afectar la confianza global en esta tecnología. Aun así, el interés crece y diversa firmas quieren expandirse en el mercado europeo. ¿La movilidad autónoma se hará presente en Europa?
Waymo avanza y elige Londres
Waymo anunció que comenzará a operar en Londres el próximo año. Esta se convertirá en la primera ciudad europea donde desplegará sus robotaxis. Antes de este lanzamiento iniciará pruebas controladas con un conductor humano al volante, mientras trabaja con las autoridades británicas para conseguir todos los permisos necesarios.
¿Por qué Londres? La elección no es casual. Este plan forma parte de un programa piloto que busca permitir los servicios autónomos a partir del 2026 y una implementación plena en 2027. Según la codirectora ejecutiva de la empresa, el objetivo será expandir los beneficios del transporte autónomo al Reino Unido de forma responsable.
Waymo no estará sola. Lyft y Uber también quieren introducirse en las calles inglesas. Proyectan introducir sus coches autónomos en Reino Unido y Alemania. Sin embargo, Londres será el primer escenario donde esta tecnología se mostrará y quedará a prueba sobre su adaptabilidad.
El desafío de la confianza y la seguridad
La llegada de los robotaxis enfrenta barreras técnicas y sociales. En este último tiempo, varios incidentes con este tipo de vehículos ha generado preocupación entre los ciudadanos. Waymo defiende su récord en seguridad. Asegura que sus vehículos registran cinco veces menos colisiones con lesiones que los coches conducidos por humanos y doce veces menos accidentes con peatones.
También será necesario convencer al público y a los reguladores. En Europa, solo Mercedes cuenta hoy con un permiso limitado para circular sin atención del conductor y bajo condiciones muy controladas. Los gobiernos avanzan con precaución, conscientes de que cada error puede generar un enorme rechazo a esta industria. Además, esta tecnología implica un negocio estimado en 600 000 millones de dólares en menos de una década. Lo que lo convierte en un horizonte tentador que podría transformar el trabajo de miles de conductores.
El avance de los robotaxis marca un momento clave para la conducción autónoma. Si Londres logra integrar esta tecnología de forma eficiente sin contratiempos, el modelo podría replicarse en otras ciudades del continente. Pero si falla, las consecuencias serán mundiales. Waymo enfrenta un gran desafío. Tiene que demostrar que sus vehículos pueden transitar calles complejas. Europa será el escenario donde se lleven a cabo las pruebas de fiabilidad. Si logra pasarlas, podría cambiar por completo la movilidad de un continente entero.
