Numerosos países han realizado pactos relacionados con el área energética cuya finalidad es mejorar las condiciones del medio ambiente del planeta. Sin embargo, Rusia se ha propuesto a acabar con todos ellos, porque está centrada en su objetivo de recuperar de una vez por todas la temida energía negra.
La demanda de combustibles fósiles parece no tener fin
Muchos países en todo el mundo, y especialmente los de la UE, tienen como meta la eliminación de los combustibles fósiles como fuente de energía para el transporte y la industria en un tiempo relativamente corto. Pero Rusia no cree que realmente vaya a ocurrir una transición a otros tipos de fuentes energéticas.
De hecho, van a seguir aumentando la producción de petróleo hasta llegar a los 10.8 millones de barriles diarios para el año 2030. También afirma que para el año 2050 la demanda va a ser aún más elevada que en la actualidad, y sus aliados, los países miembros de la OPEP están totalmente de acuerdo con esa afirmación.
Rusia sigue firme en la producción de petróleo y sus derivados
El calentamiento global es un problema que está afectando a todo el planeta, y muchos países están interesados en tomar las medidas necesarias para frenarlo. La más importante de todas es eliminar el uso del petróleo y sus derivados. Pero Rusia no va a disminuir su producción, al contrario, la va a seguir aumentando.
Porque considera que la demanda va a seguir aumentando, es más, tiene proyectada la extracción de 10.8 millones de barriles diarios (mbd) para el año 2030. Pues, de acuerdo con los estudios de mercado que han realizado, esperan que haya un incremento del consumo de entre el 4% y el 5% hasta el año 2050.
Y aunque la UE está trabajando diligentemente en la búsqueda de nuevas fuentes energéticas alternativas, los rusos no creen que esa transición realmente se vaya a dar. Y piensan que el crecimiento constante de la industria y el transporte va a seguir necesitando del uso de los combustibles fósiles.
Y ese país estará listo para suministrar todo el petróleo que sea requerido. Ahora bien, también es importante tener en cuenta que ese supuesto crecimiento en la demanda de productos petroleros se basa en lo que han expresado los altos funcionarios del gobierno ruso, quienes aparentemente confían en esos datos.
Lo que sí se conoce con certeza, es que las sanciones que pesan sobre el gas y el petróleo de Rusia han tenido como consecuencia una afectación considerable sobre las cifras de Gazprom, que ha presentado grandes pérdidas. Solo el tiempo dirá si esas proyecciones sobre la transición energética son o no ciertas.
Los grandes productores de petróleo siguen invirtiendo en sus negocios
Los miembros de la OPEP tienen una alianza con Rusia cuyo objetivo es mantener los precios del petróleo a unos niveles adecuados para ellos. Y los primeros están de acuerdo con los análisis rusos acerca del incremento de la demanda sostenida de petróleo por lo menos hasta 2050, y no creen en la transición energética.
Su preocupación real es el conflicto de Oriente Medio, pues si Irán llega a cerrar el estrecho de Ormuz, no podría movilizarse un 20% del petróleo que se consume en el mundo, lo que provocaría una reducción significativa de la oferta de ese producto. Si tienen razón, esta energía negra puede acabar con el planeta.
En definitiva, Rusia sigue adelante en su empeño por mantener e incluso aumentar la producción de petróleo a pesar de las sanciones, y la OPEP respalda su posición. No creen que vaya a ocurrir una transición energética, sino que, al contrario, habrá un incremento sostenido en la demanda mundial de esta energía negra.