Taiwán da marcha atrás a su estrategia 2030: encenderá su energía más profunda

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Publicado el: 3 de noviembre de 2024
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Taiwán energia

La popularización de la Inteligencia Artificial (IA) y sus centros de datos ha incrementado exponencialmente la demanda de energía eléctrica. Tanto así que es difícil satisfacerla con las fuentes eléctricas convencionales. Es por ello que Taiwán ha decidido dar marcha atrás con su estrategia de 2030.

El futuro nada halagador de las necesidades eléctricas de Taiwán

En esta isla se pronostica un aumento de la demanda eléctrica de un 2,8 % anual, como promedio, en un periodo de 10 años, de acuerdo al último informe presentado por la Administración de Energía. Este es un incremento que se debe, principalmente, al apogeo de la IA.

Esta situación está obligando a esta nación asiática a realizar cambios de rumbo de importancia en su política energética. Estamos hablando de que la energía nuclear está perfilándose como la alternativa que brindará solución para satisfacer esta necesidad energética a pesar de que estaba en proceso de desaparición.

Una promesa de desnuclearización que quizás no pueda ser cumplida

A partir del año 1985, Taiwán contaba con seis reactores nucleares que satisfacían la mayor parte de su demanda eléctrica. Pero a partir del accidente de la planta nuclear ubicada en Fukushima, Japón, el temor a que les sucediera algo similar hizo bajar su interés en la construcción de nuevos reactores nucleares.

La presión pública fue tanta, que estas instalaciones se fueron reduciendo en forma gradual y prometieron que para el 2025 serían el primer país desnuclearizado de Asia Oriental. Como prueba de cumplimiento, para enero de este año solo había tres instalaciones nucleares en territorio del país.

De las cuales solo funcionaba una, que era Maanshan, y las otras dos, Kuosheng y Chinshan, estaban en proceso de desmantelamiento. Pero ahora esta política está cambiando por la necesidad de una energía que sea renovable, sin emisiones de gases de efecto invernadero y que sea, prácticamente, inagotable.

Estas condiciones las cumple la central nuclear. Esta es una decisión que, aparentemente, cuenta con el apoyo de la gran mayoría de los ciudadanos taiwaneses, de acuerdo a una encuesta realizada por la Fundación Taiwanesa para la Investigación de Energía Sostenible (TAISE por sus siglas en inglés) durante este último mes.

Donde más del 70 % se inclinaban por el uso de esta fuente energética, eso sí, tomando todas las medidas de seguridad contra accidentes nucleares, que las instalaciones sean resistentes a eventos naturales como terremotos o tsunamis y que las plantas sean gestionadas por empresas del país.

Pero lo que más llama la atención es que más del 50 % de los encuestados no creen que se logrará que, para 2030, el 30 % de la electricidad provenga de fuentes renovables. Este escenario ha obligado al gobierno a abrirse a la posibilidad de creación de nuevas centrales nucleares con tecnologías seguras.

El país asiático importa casi toda su energía de origen no nuclear

Uno de los puntos débiles que tiene la isla taiwanesa es que, aproximadamente, el 97,8 % de su energía es importada. Con una distribución que encabeza el gas natural licuado (GNL) con un 50 % le sigue el carbón con un 27 % y solo un 15 % en distintos tipos de fuentes sostenibles.

Es claro que es necesaria más energía, pero por razones ambientales esta debe ser del tipo renovable. Y para cumplir con el incremento de la demanda de chips y otros componentes esenciales para la IA, la única vía será la nuclear, con todos los peligros que implica.

Concluyendo, Taiwán debido al incremento energético que tiene previsto para los próximos 10 años, está dando marcha atrás a su política estratégica del 2030. En virtud de esto, es posible que vuelva a encender sus plantas nucleares, aunque modernizadas y con estrictas medidas de seguridad.