La posibilidad de transgredir la linealidad del tiempo ha sido un tema fundamental de la ciencia ficción y otras clases de literaturas, donde se sueña con regresar a algún evento para cambiarlo o dar un vistazo a lo que trae el porvenir. Pero recientemente ocurrió algo extraño que superó las fantasías, unos científicos detectaron por primera vez en la historia el tiempo negativo, que va del futuro hacia el pasado.
El deseo de alterar el transcurso del tiempo
Uno de los grandes deseos de muchas personas es el de alterar el transcurso del tiempo, porque hay momentos en los que sería preferible que pasara de forma veloz, mientras que en otros resultaría mucho mejor que su paso fuera lo más pausado posible. Por desgracia, o por fortuna, esto ha resultado imposible hasta ahora, y todos los acontecimientos del ayer siguen allí, inamovibles, y el futuro es incierto.
Ese anhelo ha generado libros y películas que exploran las posibilidades que ofrecería una hipotética alteración temporal que permitiera arreglar los entuertos de la historia o prepararse para las situaciones que están por llegar. Pero aún hay esperanza, porque unos investigadores realizaron un hallazgo interesante, detectaron por primera vez en la historia el tiempo negativo, que va del futuro hacia el pasado.
El misterio de la detección del tiempo negativo
La detección del tiempo negativo podría revolucionar la manera en que se concibe esa importante magnitud física. Ese hallazgo lo realizó un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto a través de un experimento basado en la mecánica cuántica, que puso en evidencia una extraña conducta por parte de ciertas partículas a nivel subatómico, que distaba mucho de ser algo que se pudiera esperar de ellas.
El ensayo consistió en someter a una nube de átomos de rubidio, previamente enfriados hasta una temperatura cercana a 0°C con la finalidad de resaltar sus características cuánticas, a la acción de los fotones. Al realizar la prueba en estas condiciones de frío, lo que se busca es que el movimiento de las partículas de luz sea ralentizado, en lo que se denomina un retardo temporal, pero lo que observaron fue inesperado.
Pues lo que deseaban estudiar era cuanto tardaba la nube de átomos en absorber y expulsar los fotones, pero en lugar de esto, se encontraron con que, en lugar de ocurrir de esa manera, el fenómeno se llevaba a cabo a la inversa, los corpúsculos de luz salían expulsados hacia afuera y posteriormente entraban. Esta forma de actuar se podría interpretar como una inversión de la línea temporal normal.
Con esto no se pretende decir que es posible hacer viajes al pasado o al futuro (como se dice con estas cicatrices del universo), sino que se trata de una de esas cosas extrañas que ocurren con la mecánica cuántica, que suelen ser totalmente diferentes a lo que se suele esperar de acuerdo con los parámetros normales de la física. El tiempo negativo de este experimento ha creado muchas interrogantes, de manera que necesita seguir en estudio.
Esta investigación ofrece incógnitas y nuevas posibilidades
El estudio que permitió detectar el tiempo negativo abre un gran campo de investigación para comprender cómo es posible que ocurra un fenómeno con esas características a nivel cuántico. Por otro lado, también ofrece grandes posibilidades para el desarrollo de las nuevas tecnologías como la computación cuántica, que tiene el potencial de aportar soluciones a numerosos problemas de alta complejidad.
En conclusión, un equipo de investigadores realizó un experimento de mecánica cuántica que dio un resultado inesperado, porque iban a determinar el tiempo entre la entrada y la expulsión de unos fotones de una nube atómica. Pero se encontraron con que los corpúsculos de luz eran expulsados y luego entraban, logrando así la detección del tiempo negativo (tal y como ocurrió con el descubrimiento del taquión).