A tan solo días de juramentarse como el presidente 47 de los Estados Unidos, Donald Trump ya ha hecho algunas declaraciones polémicas, como la referida a la invasión a la isla de Groenlandia. Pero tanto es su deseo que se ha olvidado de otros territorios como esta isla que tiene el riesgo de perder. Veamos cómo es esto.
Una isla que es y no es territorio de los Estados Unidos
Nos estamos refiriendo a la hermosa isla de Puerto Rico, que a finales del siglo XIX, concretamente en 1898, pasó a ser un “territorio no incorporado” de los Estados Unidos como resultado de la guerra Hispano – Americana. Aunque en 1952 esta isla pasó a ser un Estado Libre Asociado. Ahora le toca a Trump defenderla.
Aunque este estatus le da un grado alto de autonomía federal en la práctica, continúa siendo un territorio de los Estados Unidos. Alberga la única estructura caribeña del Ejército de USA como lo es Fort Buchanan, así como otras bases de la Guardia Nacional como la Base Aérea Muñiz, entre otras que son estratégicas.
El problema a que se enfrenta Trump: su primer conflicto como presidente de los Estados Unidos
La actual gobernadora de la isla ha solicitado a Trump, a través de una misiva enviada, su protección ante lo que califica como amenazas de invasión por parte del dictador venezolano Nicolás Maduro. Las mismas fueron hechas públicas durante un evento político celebrado en la capital de Venezuela: Caracas.
El cual es llevado por partidos políticos de la extrema izquierda de todo el continente y que se llamó Festival Mundial Internacional Antifascista. En este festival, el dictador dice “Así como en el norte tienen una agenda de colonización, nosotros tenemos una agenda de liberación, y la agenda nos la escribió Simón Bolívar”.
La cual termina sentenciando “Está pendiente la libertad de Puerto Rico y la lograremos con las tropas de Brasil. Y Abreu de Lima irá al frente. Batallón Abreu de Lima para liberar Puerto Rico”, ante el aplauso de miles de izquierdistas. Es de señalar que este evento se dio apenas unos días después de su ilegítima juramentación.
La que se llevó a cabo en el palacio federal, que es la sede de la Asamblea Nacional de Venezuela. Estas declaraciones están en línea con el apoyo que brinda la administración del sucesor de Chávez respecto a la tesis independentista de Puerto Rico, que por cierto solo tiene un apoyo del 12 % de sus ciudadanos.
La mayoría de los habitantes de la isla confía en que la nueva administración de los Estados Unidos responderá en forma adecuada a estas intenciones (junto con los planes de resucitar la energía nuclear que afectaría a todo el mundo). Lo cual deberá hacer rápidamente y no dejar que el caso se “enfríe”.
Por lo que Trump debería actuar de forma contundente para hacer saber a la dictadura de Maduro en Venezuela que defenderá la soberanía y protegerá la vida de los ciudadanos estadounidenses. Tampoco se debe doblegar ante las amenazas mezquinas de gobiernos como el de Venezuela y quienes lo apoyan.
El nuevo presidente de los Estados Unidos tiene sus propios planes fuera de su territorio
En el contexto internacional, Donald Trump ha proferido amenazas de invasión contra Panamá y su canal que pasaría a llamarse “Canal de los Estados Unidos” y la anexión de Canadá como el estado 51 aunque ninguno es tan codiciado por el mandatario como Groenlandia que, según dice, es estratégica para la seguridad nacional.
En conclusión, los deseos de Trump de invadir Groenlandia chocan con la atención que debe prestar a esta isla la que está en peligro de perder por la amenaza de un tercer país, aunque hay otros efectos económicos (como el riesgo que tiene la movilidad eléctrica por las decisiones que tomaría).