Un periodista pregunta a Putin por el 3I/ATLAS y el presidente ruso bromea con una “información clasificada”

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Publicado el: 22 de diciembre de 2025 a las 04:07
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El presidente ruso, Vladímir Putin

La pregunta era tan extravagante como el fenómeno que la inspira. En su comparecencia anual ante la prensa, Vladímir Putin fue interrogado por el cometa 3I/ATLAS (el tercer objeto confirmado procedente de fuera del sistema solar) y por la posibilidad, agitada en redes y en algunos foros, de que se tratara de una nave con motor. El presidente ruso respondió primero con ironía y tiró de guion de Guerra Fría al afirmar que lo revelaría “en secreto” porque era “información clasificada”, antes de rematar la broma al presentarlo como un supuesto “arma secreta”. A continuación, ya “hablando en serio”, aseguró que 3I/ATLAS es un cometa y que los científicos rusos siguen su evolución.

El episodio ilustra cómo un acontecimiento astronómico poco frecuente puede acabar secuestrado por una conversación pública en la que se mezclan ciencia, espectáculo y desinformación. 3I/ATLAS (también designado C/2025 N1) fue detectado el 1 de julio de 2025 por el sistema ATLAS en Chile (financiado por la NASA) y su órbita hiperbólica lo delata como interestelar, es decir, no está ligado gravitacionalmente al Sol y atraviesa el sistema solar “de paso” antes de regresar al espacio interestelar.

El momento de máxima atención mediática llegó con su acercamiento más próximo a la Tierra, el 19 de diciembre de 2025, a una distancia de en torno a 1,8 unidades astronómicas (unos 270 millones de kilómetros), un margen que los astrónomos consideran seguro y sin implicaciones de peligro. En paralelo, agencias y equipos de observación han ido publicando datos y campañas de seguimiento, con especial interés por lo que estos cuerpos aportan sobre la química y los materiales que se formaron alrededor de otras estrellas.

La controversia (en realidad, más social que científica) tiene un nombre propio. El astrofísico Avi Loeb, de Harvard, lleva años defendiendo que algunos visitantes interestelares podrían ser tecnológicos y no solo naturales. En el caso de 3I/ATLAS, Loeb y colaboradores han explorado esa hipótesis en trabajos difundidos en abierto, aunque subrayen que se trata de análisis especulativos y enmarcados como ejercicio teórico. Frente a ello, la explicación estándar para ciertos comportamientos “raros” (como aceleraciones no gravitacionales en cometas) recurre a procesos conocidos, como el desgasificado (chorros de gas y polvo que actúan como una leve propulsión) cuando el hielo se calienta por la radiación solar.

En este contexto, la frase de Putin opera más como un gesto de control del relato que como un comentario con sustancia científica. En la escena internacional, el líder ruso combina a menudo solemnidad y humor para reforzar la imagen de que domina cualquier tema, incluso uno tan ajeno a la agenda política como un cometa. Y, en casa, la “broma clasificada” funciona como vacuna contra la narrativa conspirativa (la desactiva con sarcasmo) sin dejar de apropiarse del foco mediático durante unos segundos.

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