En la actual crisis energética, la gran mayoría de los países están implementando sistemas de generación de electricidad proveniente de fuentes renovables, siendo la más usada la energía fotovoltaica por las ventajas que ofrece. Este verano se tiene mucha luz proveniente del sol, pareciera ser una situación ideal para este sistema, pero podría ser lo contrario y existe el riesgo de otro apagón.
Este verano en España se registran temperaturas muy altas y mucho sol
Desde que España experimentó la primera ola de calor que llegó a la península los últimos días de junio, el termómetro no ha descendido a los niveles normales, por el contrario, se han mantenido llegando a romper récords históricos. Tal y como dicen los meteorólogos, las mismas ya no son una excepción sino que han llegado para quedarse y debemos irnos acostumbrando.
Una de las causas es que las olas de calor provenientes del mar se han incrementado debido a los aumentos de temperatura superficial en las grandes masas de agua. Por ejemplo, es la superficie del mar Mediterráneo se tiene que sus temperaturas están entre 6 y 12 °C por encima del promedio habitual. Pareciera que esta situación es ideal para la producción de la fotovoltaica pero no es así.
En verano la energía fotovoltaica no siempre genera más electricidad
Se pudiera pensar que la temporada de verano, por tener más horas de sol, pudiera ser ideal para producir más electricidad fotovoltaica lo que no siempre es cierto, ya que su rendimiento disminuye de manera proporcional a las altas temperaturas. Además, se debe tomar en cuenta que, a pesar de que en las horas del día pudiera parecer que la renovable cubre buena parte de la demanda, en realidad la cosa es diferente.
Ya que se debe recordar que España posee una muy baja capacidad de almacenamiento energético, lo que implica que en las horas nocturnas no se produce energía de esta fuente. Lo más crítico es que, hasta las nueve o diez de la noche, el calor todavía se mantiene, comenzando a partir de este momento a ceder un poco (a pesar de que algunas viviendas utilizan este aislante que las ayuda a refrescarse).
Por lo que la demanda sigue siendo muy alta, incluso puede aumentar porque todos están en casa. Los equipos de aire acondicionado y ventiladores permanecen funcionando hasta altas horas de la madrugada. Bajo este escenario, las redes eléctricas se ven presionadas debiendo activar las centrales de gas natural para poder satisfacer esta exigencia. A esta situación se le suma otra característica crítica de los paneles solares.
Y es que su rendimiento disminuye en un entorno de calor extremo. Efectivamente, se estima que su eficiencia se reduce un 0,5 % por cada grado de temperatura sobre los 25 °C. Esto impacta sobre la cantidad de electricidad fotovoltaica. Es de destacar que la producción eólica también disminuye en esta situación, por cuanto se tiene una alta estabilidad atmosférica, lo que se traduce en que se produce muy poco viento.
¿Hay riesgo de que España sufra otro apagón?
Bajo este escenario, con la reducción nocturna de la producción fotovoltaica, siempre está presente la amenaza de un nuevo apagón. No obstante, después de lo ocurrido el 28 de abril, se han reactivado los mecanismos necesarios para mantener estable la red. Aunque los mismos no dejarán que el sistema colapse, esto tiene un costo ya que el servicio se ha hecho más caro, sobre todo en horas de la noche.
Como conclusión, aunque se tiene la impresión de que la gran cantidad de luz solar que recibe España en verano favorece la producción de energía fotovoltaica, eso no siempre ocurre así, puesto que su rendimiento se ve afectado por las altas temperaturas. Por otra parte, hay un riesgo latente de apagón, sobre todo por la baja generación nocturna (aunque España, en 2024, generó mucha energía renovable de noche).