¿Cuál es el lugar de paso en diferentes países donde se produce una acumulación anormal de vida? Sí, el aeropuerto y el más grande de España es clara evidencia de ello. Acá te explicamos qué ha estado pasando en estos terminales aéreos en los últimos años.
En un aeropuerto la vida que transcurre entre escaleras mecánicas puede detenerse
Los aeropuertos son lugares de intenso tránsito porque normalmente se produce el constante arribo de personas que llegan así como de aquellas que salen, un flujo humano diurno y nocturno durante todo el año que jamás se detiene, pero ¿sabías que en algunos de estos terminales aéreos no es igual el número de llegadas o entradas al de salidas?
En condiciones normales las personas que arriban a un aeropuerto procedentes de distintas partes del mundo abandonan las instalaciones en breve tiempo, al igual que las que llegan dispuestas a viajar lo harán en su momento permaneciendo en el terminal solo el tiempo necesario, por lo que en estos lugares de tránsito no debería haber ninguna acumulación de personas.
Sin embargo, en la actualidad se está produciendo un fenómeno tan inesperado como anormal puesto que algunos de los que descienden de las aeronaves no abandonan las instalaciones sino que deciden quedarse en ellas, al igual que quienes llegan con una pequeña maleta para viajar nunca pasan por aduana y postergan su viaje.
Una pequeña maleta a cuestas: de lugar de tránsito a sitio temporal de alojamiento
Evidencia del fenómeno descrito es que entre la multitud van acumulándose personas que parecieran no estar dispuestas a coger un vuelo y que pudieron estar viendo las aseadas y seguras instalaciones como un lugar donde podrían pasar la noche. Se trata de un grupo de individuos que cada día crece más.
Es que para muchos que no cuentan con los recursos económicos suficientes disponer de baño, agua caliente, electricidad e incluso wifi es una opción tentadora, sobre todo si comparan las instalaciones aeroportuarias con las sucias e inseguras calles, tal como ha hecho una ecuatoriana llamada María que decidió quedarse en el de Barajas.
De acuerdo con datos del Sindicato Alternativa Sindical Aena / Enaire (ASAE), ya son más de 500 personas las que duermen entre las escaleras mecánicas, salas de espera, pasillos y andenes del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, entre los que se cuentan hombres y mujeres de diversa edad, incluso ancianos, muchos de origen latinoamericano.
No es un fenómeno reciente afecta a muchos aeropuertos y tiene sus altas y bajas
Entre los durmientes en este gigantesco terminal aéreo se encuentra un grupo de personas discapacitadas en sillas de ruedas y un grupo mayoritario pernocta en la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas, entre los cuales casi la mitad han sido empadronados en Madrid y 4 de cada 10 dicen estar empleados.
Algunas de estas personas permanecen durante el día en las instalaciones mientras que otras salen durante el día y regresan por la noche buscando abrigo del frío o escapando de la inseguridad de las calles. Aunque las cifras suben, desde hace más de una década se vienen acometiendo acciones con el fin de paliar la situación de acumulación de estos pernoctadores.
Desde hace tiempo algunas actuaciones realizadas han buscado solucionar el problema y prueba de ello, según Europa Press, es el grupo de trabajo entre el Ayuntamiento de Barcelona y la Conselleria de Bienestar Social y Familias que se formó en 2011 para atender la situación de los sin techo en los el terminal aéreo.
En conclusión, aunque ha sido abordado desde hace tiempo el inesperado y extraño fenómeno que ocurre en aeropuertos como el de Barajas y que produce una acumulación anormal de personas que pernoctan dentro de las instalaciones, aparentemente se trata de un problema que está lejos de ser solucionado e incluso amenaza con extenderse.