Los objetivos de la Agenda 2030 constituyen la base de la transición energética, de no lograrse estos el consumo de las energías renovables seguirá estando por debajo de las contaminantes con las nefastas consecuencias que ello implica, pero ¿Por qué es tan difícil alcanzar estos objetivos?
Los objetivos de la Agenda 2030 ¿Por qué son tan importantes?
Estos objetivos se entrelazan con diversas iniciativas encaminadas a lograr un mundo libre de contaminantes derivados del uso de combustibles fósiles y sus graves consecuencias, como por ejemplo el calentamiento global debido a los gases de efecto invernadero (GI). Entre estas propuestas se pueden señalar:
- Pacto Verde para Europa con el que se pretende obtener cero carbono en 2050
- Fit for 55 para una reducción de 55% en GI para 2030
Si estos proyectos no se llevan a cabo o se ejecutan en forma parcial, evidentemente esto significará el fracaso en el logro de tan importantes objetivos, de allí que se haya destinado para su alcance una elevada cantidad de recursos económicos.
Hace falta mayor esfuerzo institucional y el aporte del capital privado
No obstante, a juicio de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la asignación de estos presupuestos parece ser insuficiente y se requiere de un mayor compromiso unificado, especialmente en materia legislativa y la incorporación del sector privado.
Aplicación de mayores esfuerzos viniendo de todos lados
Para el desarrollo de los planes de transición energética que llevaran al mundo a utilizar solamente energía limpia a partir de 2030, según AIE se requiere de una mayor inversión económica y del esfuerzo de todos los sectores, especialmente del capital privado.
En el caso específico de Fit for 55, los requerimientos para su desarrollo ascienden a casi 600 mil millones de euros, teniendo previsto como objetivo superar un consumo de energías renovables para el 2030 de un 40% de la energía total consumida.
¿Qué gana el capital privado con la Agenda 2030?
La Agenda 2030 y sus objetivos en ocasiones han enfrentado oposición por parte de los grupos económicos y principales economías del mundo porque perciben las acciones destinadas a reducir las emisiones como algo que va en contra de sus procesos de producción.
Por consiguiente, para que los inversores privados se sumen al esfuerzo de implementación de la transición energética es importante considerar que estos solo se verán atraídos si observan argumentos claros que aseguren beneficios a corto plazo.
Por ejemplo, es necesario hacerles ver a los inversores privados que en materia económica el logro de objetivos de las iniciativas sustentables conllevaría a un ahorro anual de 9 mil millones de euros en el monto destinado a la producción.
En otras palabras, debe haber mayor énfasis en mostrar los beneficios que obtendrán los grandes capitales privados una vez que se logren los objetivos que guían hacia un mundo sustentable.
Mayor coherencia y armonización dentro de la UE
Aparte de la insuficiencia de recursos se tiene como un serio obstáculo para el logro de objetivos de la agenda la grave incoherencia entre las políticas nacionales regulatorias de los países de la UE, pues aun cuando existe cierto nivel de conexión entre las distintas naciones todavía hay diferencias significativas entre los marcos normativos de los países europeos.
Mientras China y Estados Unidos se han puesto de acuerdo y trabajan de manera coordinada en torno a los objetivos planteados dentro de la Agenda 2030, los países europeos avanzan en cámara lenta en este tipo de proyectos.
Esta falta de coordinación entre los países que conforman el bloque europeo dificultan la transición energética debido, principalmente, a la escasa cobertura de las fuentes limpias en cada país.
En conclusión, es natural que haya preocupación sobre el logro de los objetivos de la Agenda 2030 porque ello plantea una interrupción o lentitud en el reemplazo de las energías con emisión de carbono por energías renovables, siendo necesario el estudio de los obstáculos a superar.











