Ante la crisis de energía algunos países europeos como Alemania se ven tentados a invertir en tecnologías no probadas y esto podría ser algo inconveniente no solo desde el punto de vista económico tino también ambiental. Revisamos acá una reciente propuesta efectuada por el partido conservador.
Este es uno de los costosos planes que tiene Alemania para producir energía en los próximos años
En el mundo, principalmente en Europa, se están implementando tecnologías experimentales que si no se tiene cuidado en lugar de representar una solución podría significar el empeoramiento de la realidad, siendo necesario que antes de iniciar un proyecto se tenga claro el por qué tomar la ruta más lenta y costosa hacia cero emisiones.
Aunque es asumida como una experimentación costosa, según informara la cancillería, en Alemania se pretende la instalación de centrales eléctricas que funcionan a gas capaces de una potencia de 20 GW. La novedad es la tecnología CCS con la que cuentan y que emplean para capturar y almacenar CO2.
Una de las voces críticas de esta tecnología es la firma de Estados Unidos GE Vernova que se especializa en turbinas de gas, quien ha señalado obstáculos a la idea de la propuesta gubernamental de emplear continuamente estas plantas para estabilizar los precios en lugar de hacer uso de ellas solo durante los picos de demanda.
La propuesta de incorporar más nuevas centrales energéticas con el objetivo de alcanzar la meta de 12,5 GW en 2030 apareció en un informe donde señala los avances de conversaciones entre conservadores y socialdemócratas, lo que requerirá de un conjunto de iniciativas al respecto, tales como:
- Agilización del proceso de permisos
- Rápida aclaración de las condiciones marco de construcción y operación
- Aceleración del acuerdo con la Comisión Europea sobre las normas vinculadas con las ayudas estatales
Mantener operativas estas centrales requerirá de estos costosos elementos
A efectos de que las plantas eléctricas se mantengan operativas luego de 2045 se requiere de condiciones climáticas neutras y para ello están las opciones de cambio para hidrógeno o la captura de monóxido de carbono con almacenamiento permanente, siendo esta última alternativa la que recoge mayor aceptación por parte de los conservadores.
Aunque esta pudiera parecer una opción favorable frente a los días con ausencia de viento y sol, lo propuesta expuesta por el presidente de la CDU, Friedrich Merz, hizo que algunos se pronunciaran sobre los inconvenientes que surgen en torno a ella, advirtiendo que la situación real frente a esta alternativa es compleja, costosa y no evaluada.
Por otro lado, el servidor alemán Focus sostiene la ausencia total de fuentes comerciales de este tipo, por cuanto las centrales que actualmente están activas y que emplean esta tecnología únicamente se trata de plantas piloto, por lo que no se tienen datos sobre operaciones cotidianas reales.
La sobrecarga energética encarece el funcionamiento de estas centrales de energía
En estas nuevas centrales con tecnología CCS el obstáculo más serio para su funcionamiento es que solo hay 5% de CO2 en los gases de combustión, por lo que para la captura de una tonelada de carbono se requiere la filtración de ingentes cantidades gases de combustión y aire en la solución química de la unidad de absorción.
Este problema de operación es denominado por expertos como «sobrecargo energético» y representa un incremento importante en el coste de combustible así como de la huella de carbono por cuanto esta captura y comprensión de gas en este tipo de planta produce un consumo de electricidad entre 20 y 30%
Otro factor que incrementa el coste de funcionamiento de centrales CCS es el consumo de agua, pues tal como se señala en un documento del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA) el gasto hídrico supera al de una planta eléctrica de ciclo combinado y que actualmente funcionan alrededor del mundo.
En conclusión, los planes de Alemania para producir energía captando millones de toneladas anuales de CO2 con tecnología novedosa no promete ser menos costosa, sin embargo, ya hay en otros países de Europa iniciativas similares como la de una planta operada por la compañía británica Net Zero Teesside en asociación con Equinor y BP.