Luego de finalizada la segunda guerra mundial China decidió abrirse al mundo y en los últimos años en sus relaciones con España y otros países ha dado ejemplo de ser pragmático, adoptando principios y formas de intercambio contrarias a la producción de hollín, pero esto parece un engaño si se mira dentro de sus fronteras.
Una actitud china que muestra una doble cara: Luz para fuera y oscuridad para la casa
En los últimos años se ha convertido en noticia común en las diferentes publicaciones relacionadas con la conservación ambiental cómo el gigante asiático realiza esfuerzos para asociarse con diferentes países teniendo el propósito de impulsar maquinaria de producción de energías limpias, planteando la necesidad de reducir la huella de carbono.
Sin embargo, la actitud de esta potencia económica hacia España y el resto de países es algo contradictoria, puesto que mientras impulsa proyectos de transición energética fuera de sus fronteras en el propio país mantiene una producción de electricidad basada en combustibles fósiles, principalmente el carbón.
Con la ampliación el año pasado de la capacidad de las plantas energética de carbón por el orden de los 100 GW aproximadamente, superando los incrementos de toda una década, el coloso chino apunta a maximizar la producción de energía con base a este combustible fósil, algo que a todas luces parece paradójico.
La paradoja china: impulsa venta de coches eléctricos mientras construye más centrales de carbón
Un informe del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio y Global Energy Monitor, el primero en Europa y el segundo en Estados Unidos, expone la situación de la industria del carbón del gigante oriental, especialmente en cuanto a los proyectos en desarrollo, notándose un auge en la producción de electricidad con base a este combustible.
Evidencia del aumento de la dependencia china a la energía del carbón es la construcción de instalaciones alcanzando una capacidad de 94,5 GW el año pasado, algo que no se había registrado desde 2015, además de la reanudación de trabajos en algunos proyectos que se habían suspendido y que suman 3,3 GW.
Contrario al dinamismo que muestra China en países como España donde impulsa con fuerza maquinaria que estimula la producción y consumo de energías renovables, en el informe se asegura que en los dos o tres próximos años se producirá la apertura de nuevas centrales que reforzarán el peso del carbón dentro de la industria energética de la nación asiática.
Seguir horadando sus negras entrañas para extraer la energía necesaria
De acuerdo con Qi Qin, analista del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio para China, se ha instado al coloso oriental a no continuar con la construcción de las instalaciones carboníferas ya permisadas con el fin de evitar que se produzca una acentuada sobrecapacidad.
Sin embargo, arriesgándose aún más a no cumplir con los compromisos ambientales, los chinos apuntan a continuar con la construcción de nuevas centrales de carbón, lo cual va en contra de lo expuesto por el presidente Xi Jinping acerca de los objetivos climáticos previstos para las próximas décadas, siendo estos:
- Lograr un pico en las emisiones de CO2 para 2030
- Alcanzar la neutralidad para 2060
Los diferentes proyectos de las energías renovables que están llevando a cabo en países como España consolidan la posición del gigante asiático como el principal impulsor de la nueva capacidad energética en el mundo, sin embargo, prueba de su dependencia a la energía a carbón es la producción de estas compañías:
- CHN Energy: un máximo histórico de 571.100 millones de kWh en el primer semestre.
- China Huadian: 252.600 millones de kWh de energía a carbón con un crecimiento de 10,3 % interanual.
- China National Coal Group: 41 100 millones de kWh en el primer semestre, 15.300 millones de kWh más en comparación con el año anterior
En conclusión, la actitud de China parece de engaño hacia España mientras siga impulsando, por un lado, proyectos de energías limpias a tono con una política de transición energética y, por otro lado, demuestre poca voluntad para reducir su huella de carbono en la generación de electricidad.











