El disparo del rayo láser hacia la Luna efectuado por China y la recepción del reflejo de vuelta luego de recorrer más de 100 mil kilómetros es una demostración para el mundo de hasta donde es capaz de llegar el gigantesco país asiático en su exploración espacial y el desarrollo de los campos vinculados. Veamos para qué apunta tan alto el coloso chino.
Ya no hace falta esperar la noche para dispararle a la Luna pues de día también se puede
Debido a las dificultades y al hecho de haber sido de día ha sido considerado todo un hito en la nueva etapa de la exploración de las comunicaciones interespaciales el lanzamiento del láser más potente efectuado por una organización china desde la Tierra a un satélite en orbita lunar, cubriendo una distancia cercana a los 130 mil kilómetros.
Desde las instalaciones del Laboratorio de Exploración del Espacio Profundo de China o DSEL según sus siglas en inglés, localizadas en la provincia de Yunnan, los científicos lanzaron a finales del mes pasado de abril un pulso de luz infrarrojo apuntando hacia el satélite Tiandu-1, que había sido puesto en órbita lunar en días recientes.
El reflejo de vuelta del pulso de luz enviado al Tiandu-1, cuyo lanzamiento se produjo este 2 de marzo, hizo posible la determinación de la localización precisa en fracciones de segundo, pasando a considerarse por lo tanto como una suerte de herramienta tecnológica con propósitos de aplicación comunicacional y no precisamente un arma de tipo experimental.
Se trata de una proeza que empieza a marcar las diferencias entre el pasado y el futuro de las herramientas tecnológicas utilizadas para la localización espacial, por cuanto al superar las limitaciones de los experimentos de este tipo como la luz diurna se puede catalogar como una hazaña de carácter científico.
Como si se tratara de una flecha de Cupido en cuestión de segundos se recibe la respuesta
La precisión de este haz de luz es tal que es como acertarle a un cabello desde una distancia de 10 mil metros aproximadamente, El rayo láser lanzado desde los Observatorios de Yunnan chocó contra el satélite, específicamente impactó contra el retrorreflector que tenía provisto para ello.
Uno de los obstáculos superados esta vez y que hacen al experimento realizado una verdadera hazaña fue la superación de la interferencia solar bastante intensa en la franja compuesta entre la Tierra y la Luna durante las horas diurnas. Hasta hace poco el rayo reflejado solo era detectado en horas nocturnas, limitando severamente el rastreo.
Según explicara IFL Science, se comprobó la precisión de la prueba con la recepción de la señal de retorno a la Tierra en un tiempo de apenas fracciones de segundo mediante este novedoso sistema que contó con el apoyo de un telescopio de 1,2 metros de diámetro, al mismo tiempo que el margen de operaciones se amplió y se optimizó la calidad de los datos
¿Y ahora qué? ¿A qué o a quién le dispararán los chinos su impactante rayo láser?
El experimento chino representa un paso fundamental para avanzar en el futuro de la comunicación interestelar, sustituyendo con el tiempo la tecnología comunicacional basada en la onda de radio, pues aun cuando la NASA ya había probado con sistemas ópticos de naturaleza similar estos siempre fueron obstaculizados por la interferencia solar.
Las expectativas alrededor de los resultados positivos de este instrumento giran en torno a su aplicación en el proyecto de operación de la Estación Internacional de Investigación Lunar,, considerando que para su desarrollo se necesitará de mayor precisión en los sistemas de comunicación.
En conclusión, el experimento de China no debería asustar al mundo sino al contrario debe llenarnos de júbilo saber que muy pronto al igual que el rayo láser impactó en uno de los satélites que orbita la Luna y retornó a su punto de origen en un feed back de miles de kilómetros en cuestión de segundo, así serán las comunicaciones con nuestras naves espaciales o las ajenas.