El trabajo que lleva al logro de nuevos descubrimientos en las diferentes ramas del saber en las ciencias suele ser largo y requiere de los mejores cerebros para alcanzar avances realmente significativos que permitan obtener conocimientos confiables, aunque a veces la falta de paciencia puede llevar a cometer errores que producen retrasos. Y ahora, finalmente, los científicos lo entienden, quizás nos precipitamos.
La evolución de las ciencias puede ser muy lento
La evolución de las ciencias, tanto de las básicas como de las aplicadas, ha sido un proceso lento que se ha llevado a cabo desde que los primeros seres humanos tuvieron uso de razón. A pesar de las confusiones generadas por la ignorancia y las supersticiones, o tal vez gracias a ellas, siempre hubo individuos que se atrevieron a seguir el camino difícil para demostrar que el conocimiento siempre suele tener la razón.
Pero en ciertas ocasiones, sobre todo cuando las cosas no resultan de la manera como se suponía que debían ser, la frustración puede conducir a los investigadores por caminos tortuosos que solo dejan una gran pérdida de tiempo y recursos. En este caso trascendental, llegó el momento en que los científicos finalmente lo entendieron, y aceptan que quizás nos precipitamos, esperando mucho en poco tiempo.
La energía del futuro necesita más tiempo
Los adelantos en las nuevas tecnologías y el crecimiento constante de la población han provocado el incremento de los requerimientos energéticos y, para satisfacerlos, se han buscado nuevas fuentes que parecían prometedoras. Hubo una que sobresalió de las demás, la fusión nuclear, pero su desarrollo ha sido muy difícil, y ahora los científicos aceptan que quizá se precipitaron al esperar resultados más rápidos.
La atómica es una fuente de energía muy poderosa, que brinda estabilidad a los sistemas eléctricos de los países que las usan, y todas las centrales actuales trabajan con fisión nuclear, que puede llegar a representar un peligro si se sale de control (aunque China está haciendo una gran inversión en la nuclear). Los científicos no han renunciado al poder del átomo, y ahora mismo están trabajando para obtener energía con el proyecto ITER.
Pero las cosas han sido más complicadas de lo esperado, uno de los desafíos iniciales es que esa reacción ocurre a una temperatura de 150 millones de grados Celsius, pero finalmente lo lograron. Otro problema que aún no ha sido superado es mantener el plasma, donde ocurre la reacción, a esa temperatura durante el tiempo suficiente para que los núcleos puedan fusionarse, esto es clave para mejorar su rendimiento.
Pues la idea es que el procedimiento, después del primer impulso de energía, pueda ganar autonomía para mantenerse por periodos más prolongados. Estos y otros factores han provocado que las pruebas y la puesta en marcha del reactor hayan sufrido retrasos en varias ocasiones, y lo que se esperaba iniciar este año tendrá que esperar por los desarrollos científicos hasta mediado o finales de la década de los 30.
La fusión nuclear todavía presenta dificultades
Los avances en la fusión nuclear parecen muy lentos, pero lo que ocurre es que, al llevar el proyecto a la realidad, se van descubriendo nuevos obstáculos, por ejemplo, para mantener las temperaturas elevadas que se requieren, han tenido que probar varios tipos de materiales. Los científicos han superado muchas dificultades, y siguen trabajando en ello, así que solo es cuestión de tiempo para que alcancen el éxito.
Concluyendo, el proceso para obtener energía a través de la fusión nuclear ha sido lento debido a las diversas dificultades que presenta, porque ocurre en condiciones extremas. Y aunque los científicos han logrado superar grandes obstáculos, algunos siguen pendientes, como mantener la temperatura del plasma a 150 millones de grados Celsius (Europa invertirá 15 000 millones en la atómica: una apuesta fuerte).
