La movilidad sostenible continúa avanzando —lo vimos con este combustible que puede reemplazar mañana a la gasolina—. Sin embargo, incluso el progreso tiene ciertos límites que debemos respetar… o no. Estos coches acaban de romper una idea tabú que nadie se atrevía a explorar: están hechos de compuestos orgánicos, aunque no te creerás cuáles son (resultan curiosos, cuanto menos).
Los coches, con materiales orgánicos: así serán a partir de ahora
Cada vez más, la industria automotriz está explorando formas de hacer que sus vehículos sean más ecológicos y sostenibles. Una idea poco convencional que está ganando impulso es utilizar materiales orgánicos y biodegradables en los interiores de los coches.
Sustancias como lentejas, café e incluso hongos ahora se están probando como alternativas a los plásticos y otros materiales sintéticos tradicionales. Lo vimos con la extraña fábrica que utilizaba incluso algas, pero ahora lo comprobamos de nuevo en los automóviles que te vamos a mostrar.
Si bien la idea de tener asientos de café molido o salpicaderos de lentejas puede sonar extraña al principio, esta idea podría marcar un importante paso adelante para reducir el impacto ambiental del transporte personal. Lo cierto es que invita al optimismo, aunque el uso de alimento para los vehículos es un tema tabú.
Los materiales orgánicos son renovables y se descomponen de manera natural al final de la vida útil de los coches. Además, pueden provenir de fuentes éticas y sostenibles, apoyando a los agricultores y reduciendo los residuos. ¿No es ese el inicio de la economía circular y la apuesta por el kilómetro cero que necesitamos?
Los coches con café ya son una realidad: no lo esperes como combustible
Los residuos de café están encontrando un nuevo uso en los interiores de los automóviles como material sostenible. La cascarilla de café, el residuo seco que queda después de preparar café, es rica en un compuesto llamado melanina que le da color marrón al café.
Esta melanina puede extraerse y usarse para teñir plásticos y telas, dándoles un acabado marrón natural sin necesidad de tintes químicos. Además, mezclando la cascarilla de café molida con resinas plásticas se obtiene un bioplástico con olor a café que se puede usar en paneles de puertas, reposabrazos y otras piezas del interior.
El uso de este tipo de materiales ayuda a dar una segunda vida a los residuos del café, promoviendo la economía circular en la industria automotriz. Aporta originalidad y permite crear interiores más naturales y agradables, con texturas y aromas distintivos.
Otros compuestos que quieren usar en los coches: son un tabú, pero se han atrevido
Además de lentejas y café, los fabricantes están experimentando con una variedad de otros materiales orgánicos para sustituir los plásticos y materiales sintéticos dañinos. Lo vimos con ejemplos como Porsche (con el modelo 911) o incluso con Volkswagen.
El cáñamo, por ejemplo, puede utilizarse para revestir paneles interiores. Al ser una planta de crecimiento rápido, el cáñamo es renovable y requiere menos recursos para cultivar que otros materiales como el algodón. Las fibras de cáñamo también son resistentes y duraderas.
El algodón orgánico es otra opción atractiva. Al provenir de cultivos sin pesticidas ni productos químicos, el algodón orgánico tiene un impacto ambiental mucho menor. Los interiores de algodón transmiten una sensación natural y lujosa, aunque no tenemos constancia de que marcas como Tesla se hayan hecho eco.
El corcho también se ha utilizado de forma experimental en paneles de puertas y otros revestimientos. Siendo un material 100% natural y renovable proveniente de la corteza del alcornoque, el corcho tiene excelentes propiedades aislantes y es tan ligero como flexible.
Lo has visto, y es que estos coches con café son un ejemplo de cuán lejos podemos llevar la innovación, ¿no lo crees? Sin embargo, no es el único invento que está levantando polémica estos días, hemos conocido otro que tiene incluso más motivos para hacerlo. China ha presentado un vehículo que tiene hasta 50 años de autonomía (lo has leído bien), pero lleva un peligrosísimo dispositivo debajo.
