En todo el mundo existen miles de historias acerca de lugares enigmáticos que esconden muchos secretos. Ese es el caso de una isla que se encuentra en España, y que únicamente se puede visitar cuando la naturaleza concede el permiso para hacerlo, y como está deshabitada, resulta curiosa y muy misteriosa.
La naturaleza toma el control y decide si recibe las visitas
Hay muchos lugares donde abunda la naturaleza, sin embargo, en la isla de Garraitz o San Nicolás, es además la reina, la que manda y decide cuando se puede ir o no ir de visita. Porque hay que esperar hasta que baje la marea para que se revele el camino que va desde la playa de Lekeitio hasta allá.
Este fenómeno excepcional resulta muy llamativo para los que visitan esta región del País Vasco en España, y quienes tienen la suerte de poder recorrer esa ruta marina podrán disfrutar sus encantos. Garraitz es un oasis de paz, que está deshabitado y ofrece la posibilidad de admirar la naturaleza y sus restos arqueológicos.
Un lugar que aún guarda los vestigios de su pasado histórico
En medio de la ensenada de Lekeitio se encuentra una isla que se ha convertido en un atractivo turístico irresistible para quienes visitan esta zona. Se llama Garraitz o San Nicolás, y tiene la particularidad de que se puede llegar hasta ella caminando, eso sí, solo cuando baja la marea, por lo que es necesario.
Consultar los horarios de las mismas, pues este fenómeno ocurre más o menos cada seis horas y hay que estar atento para no perderse la oportunidad de conocerla. Aunque es un lugar pequeño que cuenta con una extensión aproximada de 6.5 hectáreas, guarda una historia muy larga que se inició en la edad media.
Y culminó en el siglo XIX. Gracias a los vestigios de los diferentes monumentos que incluyen una ermita dedicada a San Nicolás, de allí el nombre de la isla, un convento franciscano, y estructuras militares entre las que se encuentran un cuarte y un polvorín, el gobierno vasco la catalogó como parque arqueológico.
Lo cual le confiere una mayor protección, y favorece la continuación de investigaciones como la que permitió el hallazgo reciente de restos humanos, que han despertado mucha curiosidad porque aún no se sabe quiénes eran. Otros descubrimientos interesantes incluyen piezas de metal, monedas y abalorios.
Que son un misterio porque no se sabe quién los llevó hasta allí. Actualmente la isla se encuentra deshabitada, pero los visitantes tienen la posibilidad de recorrer sus caminos para conocer sus monumentos históricos, observar su flora y su fauna típicas de la costa, y admirar las hermosas vistas de su mirador.
Una isla solitaria para caminar y llenarse los ojos con sus encantos
Quienes visitan el País Vasco no pueden dejar de visitar el pueblo de Lekeitio, que les ofrece el encanto de su casco antiguo y un tesoro único e inigualable, Garraitz, el islote que se camina. Un fenómeno natural que impone sus propios horarios de visitas, pues solo al bajar la marea se puede llegar hasta allí.
Llegar caminando a ese lugar es una experiencia excepcional, ya que resulta curioso ver como el camino aparece y desaparece durante el transcurso del día. Una vez que se llega hasta allí, se puede disfrutar del sol, el mar, la naturaleza, y sus restos arqueológicos mientras se recorre el camino que la atraviesa de norte a sur.
En definitiva, España cuenta con una gran diversidad de ambientes naturales y siempre revela alguna novedad. La isla Garraitz o San Nicolás resulta muy curiosa, pues la naturaleza es la que manda, y gracias a un fenómeno excepcional, que depende del nivel de la marea, es que saldrá a la superficie el camino para llegar a ella.