En un estudio realizado en Australia se ha producido un gran descubrimiento que puede resultar algo paradójico y confuso: La donación no solo puede salvar la vida del receptor sino también de quien dona. Este hallazgo refleja una realidad profunda y compleja relacionada con los procesos involucrados en la donación. Más allá del acto altruista o solidario y los beneficios en la persona que recibe, existen algunos aspectos que pueden llegar a beneficiar al donante en un nivel que puede no ser inmediatamente perceptible y los resultados del ensayo clínico australiano así lo demuestran.
En Australia lo han dicho: Dona si quieres salvar tu vida reduciendo la cantidad de intrusos
La contaminación del organismo humano por factores ambientales es un problema de creciente importancia porque está afectando a la salud de muchos. La exposición continua o prolongada a ciertos elementos puede provocar la introducción de agentes patógenos que pueden llegar a ser muy nocivos en determinadas concentraciones.
Estos elementos contaminantes generalmente son generados por las mismas actividades humanas. Son microscópicos, pueden estar en todas partes, resistentes y difícilmente degradables. Pero más preocupante aún es que una vez que ingresan al organismo de las personas pueden allí permanecer durante mucho tiempo, años inclusive.
Un ejemplo de estos contaminantes son las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, denominadas comúnmente por las siglas PFAS. Estas normalmente se localizan en objetos comunes como utensilios de cocina antiadherentes, envases de comida rápida, ropa impermeable y espuma contra incendios.
Entre las consecuencias de la introducción de estas sustancias al organismo se menciona la afectación del sistema hormonal, inmunológico y el metabólico. Además, algunos estudios las asocian con cáncer, infertilidad, alteraciones hepáticas y enfermedades endocrinas.
Los bomberos no solo están expuestos a grandes desastres sino también a pequeñas cosas
Precisamente la presencia de las PFAS en espuma contra incendio y ropa impermeable y el uso frecuente de esta por algunas personas debido a sus labores o profesión, como sería el caso de los bomberos. Todos estos factores, aparte de la resistencia química de las PFAS, hacen de la contaminación por estas sustancias un verdadero problema de salud de este grupo poblacional.
Sin embargo, un estudio que comprendió a 285 bomberos demostró que la donación de sangre o plasma produce una reducción significativa de los niveles de estas sustancias químicas eternas. Específicamente, la donación de sangre cada 12 semanas redujo los niveles de estas sustancias en un 10%, mientras que la donación de plasma cada 6 semanas produjo un 30% de disminución.
Si dona puede salvar su vida pero ¿Qué sucede con la contaminación del receptor?
El descubrimiento no implica que la donación de sangre pueda considerarse una suerte de cura para la contaminación por PFAS, pero permite comprobar que el organismo no está inerme ante estas sustancias. De allí que se proponga donar como una forma de mitigar los riesgos a los que puedan estar expuestos estas personas.
No obstante, surge algunas inquietudes de índole ético al cuestionar la aceptación que podría tener la transferencia de sangre con PFAS o si resulta conveniente iniciar los análisis de los niveles de PFAS previo a la donación y más importante aún, hasta que cantidad de esta contaminante puede considerarse segura la sangre donada.
En conclusión, si el mayor descubrimiento efectuado en el ensayo clínico realizado por científicos de Australia pudo haber sido comprobar que la donación puede salvar la propia vida si se tiene cierta concentración de PFAS en el torrente sanguíneo, pero deja abierto el camino a nuevos estudios que permitan determinar si es ético que se pueda disminuir los niveles de estas sustancias en la sangre donando una parte de este fluido contaminado a otra persona y sin realizar un análisis de sangre. Precisamente para los bomberos puede ser paradójico que crean estar salvando una vida al donar su sangre, mientras que en realidad salvan la propia y ponen en riesgo la del receptor.
