El calor generado por un proyecto en el desierto prácticamente incineró los miles de millones de dólares que se invirtieron en la que fue inicialmente prometida como la fuente de iluminación más grande del mundo y que a la larga resultó muy costosa, poco eficiente e incluso provocadora de un elevado impacto ambiental.
Una amenaza ambiental en medio del desierto
En los últimos años se ha intentado aprovechar los grandes espacios terrestres y marítimos para el establecimiento de prometedores proyectos energéticos, argumentándose su escaso valor comercial en comparación con el de conglomerados urbanos y la ventaja que ofrece la ausencia de infraestructuras que representen obstáculos.
De allí que una parte de los miles de kilómetros cuadrados que comprende el desierto de Mojave sirviera de asiento a lo que se pensó sería en un futuro próximo la fuente de iluminación más grande del planeta, sin embargo, diez años más tarde se percibe como una gran pérdida millonaria generadora incluso de daños ambientales.
Al ser presentado en 2014 el proyecto de la planta solar Ivanpah en el desierto de Mojave fue acompañado de la promesa de cambiar el mundo con el aporte de una cantidad inconmensurable de energía limpia y la garantía de un futuro sostenible. No obstante, en 2026 llegará a su final sin alcanzar los objetivos y rodeado de:
- Problemas técnicos
- Daños ambientales
- El surgimiento de alternativas más económicas
Esto fue lo que llevó al fracaso a uno de los proyectos más grandes de iluminación en el mundo
Este proyecto de modelo innovador y fruto de la combinación de alta tecnología y sostenibilidad se convirtió en un millonario fracaso por razones más profundas que un mal diseño de ingeniería o la inviabilidad de la idea de generar electricidad mediante el calentamiento del agua con la luz solar reflejada en 300 mil espejos.
La oferta concreta de este proyecto con un coste superior a 2000 millones de dólares consistía en proporcionar electricidad suficiente a 140 mil hogares mediante 300 mil espejos con control computarizado del reflejo de la luz solar que ayudarían a calentar el agua contenida en torres.
La idea detrás de un captador aerotérmico solar financiado con 1600 millones provenientes de fondos públicos era bastante audaz y en su momento fue considerado como el más grande y ambicioso del mundo, pero luego de una década los resultados obtenidos demostraron que se trata de un rotundo fracaso.
El principal reto asumido en Ivanpah fue la sincronización de los miles de espejos, pues a juicio del analista Jenny Chase, esto planteó una acentuada dificultad técnica, por lo que la estructura tuvo un funcionamiento por debajo de las expectativas, aparte de necesitar un costoso y constante mantenimiento.
En menos de una década los espejos casi limpian los cielos de cualquier rastro de plumas
Asimismo, en lugar de constituirse en un modelo de energía sostenible, tal como fue anunciado durante su lanzamiento inicial, el proyecto llegó a tener un elevado impacto ambiental, pues el calor concentrado en los haces generados por las torres llegaron prácticamente a asar las aves que se atrevían a volar en las cercanías.
El impacto ambiental fue tal que se calcula en 28 mil las aves muertas anualmente por los haces de intenso calor en pleno vuelo cuando durante la cacería de insectos o atraídas por la reflexión de los espejos tendían a aproximarse a las torres, derivando esto en una impactante crisis ecológica en la región.
Aparte de las críticas de grupos ambientalistas que indujeron al fin del proyecto estuvo el surgimiento de nuevos sistemas de producción de energía solar fotovoltaica más compactos y de mucho menor coste traducida en una reducción importante del precio de placas fotovoltaicas y la optimización de almacenadores de energía.
En conclusión, la que iba a ser la más grande fuente de iluminación en el futuro del planeta terminó quemando miles de aves en el desierto y derrochando miles de millones de dólares al desconocer, según advierten grupos ambientalistas, el equilibrio que debe haber con el ecosistema local cuando la meta es producir energías limpias.