Estados Unidos acaba de destrozar a los coches eléctricos chinos: así los ha «apagado» y dejado inutilizables

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Publicado el: 4 de octubre de 2024
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coches eléctricos chinos

Millones de coches eléctricos chinos están listos para inundar las calles de todas las ciudades estadounidenses, sin embargo, el gobierno de Estados Unidos ya les encontró el botón de apagado ¿Quieres saber donde está?

Por qué no quieren dejar entrar los coches eléctricos chinos al mercado norteamericano

El ingreso a Estados Unidos de los coches eléctricos fabricados por China es prácticamente el último paso que le falta dar al gigante asiático para colocar el mundo occidental a sus pies.

Desde hace varias décadas los chinos se han convertido en los principales proveedores de los insumos requeridos por los  fabricantes occidentales, lo que significa una peligrosa dependencia.

La capacidad que tiene China para abastecer a las principales industrias se ha expandido en los últimos años, lo que se ha transformado en una riesgosa dependencia; sin embargo, esto sería insignificante si China logra inundar con sus coches el mercado de Estados Unidos.

Riesgos de dejar entrar a los chinos en el mercado

Como en casi todos los sectores China busca competir en el automovilístico con precios más bajos, pero su competencia se queja de que está utilizando prácticas poco éticas, pues abarata los precios con la colocación de subvenciones a lo largo de la cadena productiva.

Sin embargo, más allá de lo que implica a nivel económico la disminución de unidades vendidas de los coches estadounidenses ante el auge de sus similares chinos, están los aspectos que involucra la seguridad nacional.

Al gobierno de Estados Unidos le preocupa la advertencia efectuada por algunos legisladores sobre la colocación de sistemas de recolección de datos confidenciales en los coches autónomos provenientes de China, lo que supone un alto riesgo para la seguridad del país.

Además, se asume como un hecho que los coches eléctricos fabricados en el país asiático están provistos de una tecnología que permite su control de manera remota, significando esto la posibilidad de interrupciones, sabotajes e inclusos numerosos accidentes.

Estados Unidos ha cerrado un poco la puerta y ahora quiere cerrarla completamente

Ante el peligro que significa para la seguridad nacional el que los chinos puedan tener en su poder datos confidenciales y tecnología con los que puedan ejercer un control remoto sobre el parque automovilístico, una de las primeras medidas de la administración Biden ha sido la prohibición de importar coches chinos con estos aditamentos tecnológicos.

Entre los elementos tecnológicos de los que vienen provistos los coches autónomos chinos se encuentran:

  • Cámaras
  • Sistema GPS
  • Micrófono
  • Software

Todos estos elementos cuentan con conexión a Internet, por lo que China a través de ellos tendría acceso en cualquier momento a información real sobre Estados Unidos y sus habitantes, constituyendo esto un espionaje indirecto muy sofisticado.

El botón de apagado acabará por destrozar la industria automovilística china

La prohibición de importar artículos del gigante asiático provistos de sistemas tecnológicos que puedan ser utilizados para recolectar datos sobre Estados Unidos y la población puede significar el colapso de la industria de los coches eléctricos en China, pero esto además generaría graves consecuencias económicas en otros países, pues los chinos son los mayores proveedores de hardware y software en el mundo.

Este botón de apagado de la industria de coches eléctricos estaría disponible en el 2027, esto si antes no se llega a un acuerdo para que los fabricantes chinos puedan demostrar que los sistemas incorporados a sus coches no recolectarán datos sobre áreas sensibles estadounidenses que impliquen una posible amenaza a la seguridad nacional.

En conclusión, Estados Unidos puede destrozar el mercado de los coches eléctricos chinos, prácticamente apagándolos mediante la prohibición de importación de modelos que incorporen sistemas  tecnológicos que involucren datos confidenciales, aunque esto también supone repercusiones a gran escala, incluso en el propio sector automovilístico norteamericano.