La explotación de la energía negra en el Amazonas tenía algunos años de detenida, sin embargo, el gobierno brasileño ha revivido con gran fuerza esta euforia que representa un grave peligro para una de las zonas que guarda la mayor biodiversidad del planeta, con especies de fauna y flora únicas. Parece que todos se han puesto de acuerdo en no parar hasta destruirlo totalmente. Veamos esto.
El inicio de la explotación de la energía negra
Hace poco la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles de Brasil subastó 19 puntos para la explotación de la energía negra, los cuales están en la parte frontal del delta del Amazonas. Desde las altas esferas del gobierno celebraron este hito porque es un récord histórico que superó las expectativas que se tenían, además desde hace tiempo el país carioca contemplaba la posibilidad de extraer petróleo en esta área.
Los ingresos fiscales solo por este acto, se ubican en los 980 millones de reales que equivalen a 179 millones de dólares, con un compromiso de las empresas ganadoras de invertir anualmente poco más de 250 millones de dólares en la fase de prospecciones. Respecto a las principales compañias que iniciarán los trabajos, están la brasileña Petrobras, CNPC de China y Chevron y Exxon de los Estados Unidos.
El problema es que la región del Amazonas es muy delicada ambientalmente
El área del Amazonas es una de las de mayor importancia y sensible de la Tierra, desde el punto de vista ambiental. La supervisión de actividades mineras, tradicionalmente, ha sido muy deficiente por lo que los daños han sido muy grandes. Es por esta razón que se han producido muchas protestas por la extracción de la energía negra, frente a un hotel de Rio de Janeiro.
Que fue donde se realizó la llamada por los protestantes “subasta del juicio final” (comparables con las que se dan en España contra Elon Musk y Tesla). Entre las causas de la misma, dicen que los pueblos originarios de la zona no fueron consultados, por lo que se consideran atacados por un gobierno que manda desde la capital y nunca sus representantes han estado en este territorio por lo que desconocen el impacto ambiental.
Por otra parte, los líderes indígenas de la etnia Tapayuna que son del estado de Mato Grosso dicen que este territorio, asignado para la explotación de petróleo, para ellos es sagrado. Por otro lado, la Coordinación Nacional de Articulación de las Comunidades Rurales Negras Quilombolas denunció a través de un comunicado que el gobierno no los escuchó antes de decidir realizar esta subasta, por lo que se sienten ambientalmente excluidos.
Amazonas, el llamado “pulmón de la Tierra”, alberga más del 80 % de la totalidad de los manglares de Brasil, ecosistemas endémicos que son particulares y únicos, así como recursos pesqueros que son el sustento y forma de vida de muchas familias. La explotación de la energía negra no solo dañará, sino que pondrá en peligro el futuro climático del país y de la Tierra.
Todo esto ocurre el año en que se celebrará el COP 30 en el Amazonas brasileño
La Conferencia de las Partes número 30 (COP 30), patrocinada por la ONU, se celebrará este año en Belém do Pará con el fin de establecer las acciones conjuntas que llevarían a cabo más de 200 países, que se estima que asistan, para fortalecer la lucha contra el cambio climático. La subasta para las explotaciones de la energía negra no está en sintonía con este magno evento y más cuando Brasil desea posicionarse como líder.
Concluyendo, después de un tiempo vuelve la embriaguez por la explotación de la energía negra en el Amazonas (la cual es indispensable para la salvación de la humanidad, como la práctica de esta actividad ancestral que se lleva a cabo en este territorio). Lo peor es que se hace en el marco del evento del COP 30 que se efectuará en un estado ubicado en esta área como muestra de la necesidad de tomar acciones ambientales.