El año 2022 trajo con sigo un duro golpe que todavía está haciendo tambalear las economías europeas: el conflicto entre Rusia y Ucrania. Esto ha provocado un incremento en los precios de la energía que se ha sentido más fuerte en los países que mantienen una mayor dependencia del gas ruso, como es el caso de Suiza. Este país está recortando cada vez más el consumo de gas natural mientras busca otros proveedores.
La Unión Europea le da la espalda a Putin: Suiza cortará el suministro de energía rusa
La crisis fronteriza entre Rusia y Ucrania no da muestras de remitir, lo que ha llevado a aumentos sostenidos en los precios de la energía de Europa, que depende en buena medida del gas natural importado desde la ex Unión Soviética. En España hemos sufrido estos aumentos, aunque se han mitigado tras la resolución del conflicto con Argelia, que es nuestro principal proveedor de combustibles fósiles.
Otros países, como Francia, han conseguido sobrellevar mejor esta coyuntura gracias a que su electricidad depende principalmente de la energía nuclear. De esta manera, aunque la crisis golpe en diferentes medidas a cada territorio de la región, sigue afectando negativamente a todos los miembros de la UE.
El caso de Suiza es tanto más complejo ya que su red eléctrica se alimenta principalmente de gas natural ruso, el cual ocupa la mayor parte de las fuentes de energía que requiere el país para mantener sus infraestructuras en funcionamiento. En una reunión celebrada recientemente, el gobierno se ha fijado el objetivo de reducir un 15% el consumo de GNC en su territorio.
Un duro invierno para Suiza: ¿Cómo afrontarán el recorte de energía?
En los últimos dos años el gobierno helvético ha llegado a recortar un 23% la demanda de combustible fósil que envía Putin a su territorio. Con este nuevo objetivo se acoplan a las metas planteadas por toda la UE para el periodo que va de octubre de 2024 a marzo de 2025. En consecuencia, habrá una reducción en la energía durante los meses de otoño en que el 75% del consumo de gas natural proviene de la calefacción.
De esta manera, los recortes tendrán un fuerte impacto en las viviendas privadas, los sectores industriales y las infraestructuras de servicios y administración pública. El 40% de la demanda de energía de origen fósil proviene de los hogares, por lo que se ha recomendado a la población bajar los termostatos en 1º C, lo que podría representar una reducción de alrededor del 5% para el total del país.
Italia y Alemania mantienen acuerdos bilaterales con Suiza y, por medio de ellos, ambos países han asegurado que enviarán combustible para ayudar a mitigar el impacto de los recortes en momentos críticos y garantizar que la economía no deba detenerse por falta de suministro.
Rusia ha presionado demasiado a la UE: podría haberles salido el tiro por la culata
Pese a las incuestionables consecuencias nefastas que la invasión de Ucrania ha traído consigo, también ha sido un factor que impulsó una mayor colaboración internacional. El apoyo a energías renovables ha crecido frente a la necesidad de reemplazar el combustible fósil y se están explorando otras alternativas.
Antes de la crisis fronteriza, el 47% de la energía de Suiza dependía del gas importado desde Rusia. Ahora están explorando otras opciones, como la de cerrar un acuerdo con Qatar, lo que supondría un duro golpe a la economía rusa y un argumento más para poner fin a las hostilidades.
Europa se prepara para un invierno helado mientras Kuwait se prende fuego
Las tensiones geopolíticas no son la única razón para los aumentos en la factura eléctrica. Otros factores, como la ola de calor que está colapsando la energía de Kuwait también inciden en esta problemática debido a las interrupciones en el suministro de gas natural que el país consume y exporta.