En estos tiempos, donde las necesidades energéticas son cada vez mayores, cada país debe buscar la forma de satisfacerlas a través de diversas clases de fuentes. En ese sentido, España ahora se enfrenta a una complicada paradoja nuclear, en la que les dicen no a los reactores nucleares y sí a la fusión nuclear.
La energía atómica contribuye al desarrollo de muchos países
La energía atómica ha sido un motor esencial para el desarrollo de muchos países, y a pesar de que hay quienes la siguen viendo con desconfianza, no se puede negar que presta un gran servicio. Además, en la actualidad es mucho más segura que hace unos años, porque han optimizado la forma en que se obtiene.
El sistema eléctrico de España debe a esa fuente energética un porcentaje importante de su producción. Pero ahora existe una paradoja nuclear, pues por un lado les dicen no a los reactores nucleares, e incluso ya todos tienen fecha para apagarlos, mientras que por el otro le dan el sí a la fusión nuclear.
La paradoja nuclear de España genera un vacío energético
España vive una complicada paradoja nuclear, pues por un lado está decidida a apagar todos sus reactores nucleares y ya existen fechas para el inicio de esos procedimientos. Pero, por otro lado, está haciendo inversiones importantes en varios proyectos que tienen como finalidad desarrollar la fusión nuclear.
La preferencia por esta última se debe a que es más eficiente y permite obtener una mayor cantidad de energía con menos combustible. Además, es mucho más segura porque requiere de temperaturas superiores a los 100 millones de grados centígrados, por lo cual es casi imposible que se dé una reacción en cadena.
Y por último, genera un nivel mínimo de residuos radiactivos. Hoy en día presenta el inconveniente de que aún está en fase de desarrollo con el proyecto ITER, y no será sino hasta mediados de la próxima década cuando se inicien las pruebas de su funcionamiento (las cuales coinciden con los ensayos de China).
Mientras tanto, el cierre de las plantas de fisión nuclear, que aportan un importante porcentaje de la energía que mueve al país, es un hecho inminente. Y hasta el presente se desconoce cuál será la fuente energética que va a llenar ese vacío, pues la energía solar y la eólica no pueden hacerlo por su intermitencia.
Por lo pronto, España está apoyando el desarrollo de la fusión nuclear a través de un proyecto llamado RODAS, que se dedica a investigar los procedimientos y materiales que se necesitarán para su implementación. Y a la vez se despide de los reactores de fisión nuclear, en una paradoja que deja un vacío energético.
El proyecto RODAS impulsa la fusión nuclear
España participa activamente en la implementación de la fusión nuclear a través de diversos planes internacionales como el ITER, y a nivel nacional con el proyecto RODAS. Tiene como finalidad la investigación y el desarrollo de los elementos y procedimientos que se necesitan para ese tipo de tecnología energética.
Tales como el prensado isostático en caliente (HIP), la impresión 3D para metales y la simplificación y reducción de costos de sus procesos. Para ello cuentan con un equipo formado por 5 compañías, 4 instituciones de investigación y un presupuesto de 7.78 millones de euros, de los cuales ya se han invertido 5.54 millones.
En conclusión, España está frente a una complicada paradoja nuclear, porque por un lado está dispuesta a apagar sus reactores de fisión nuclear, dejando un vacío energético. Por el otro, apoya el desarrollo de la fusión nuclear (la que genera menos residuos al crear este sol artificial por lo que el riesgo de accidentes es menor).











