Cuando parecía que el futuro de la industria automotriz eran los coches de hidrógeno, como fuente energética primaria y como combustible, ha surgido una competencia inesperada. Y es un coche con un motor híbrido de aire comprimido en el cual el otro vector de energía es un combustible que no esperarías volver a ver. Veamos de qué se trata.
Motor que funciona con aire comprimido y rinde 100 km por cada 2 litros de gasolina
Las máquinas híbridas que se utilizan en la actualidad, y que son factibles en términos de potencia, utilizan energía que proviene del hidrógeno, como fuente principal. La otra fuente de energía es gasóleo o gasolina, en una configuración donde se obtiene un rendimiento superior y emiten pocas o ninguna emisión de gases de efecto invernadero por su modo de combustión.
Sin embargo, dos fabricantes franceses de coches se embarcaron en una carrera por un interesante proyecto. El cual consiste en un motor de combustión interna de gasolina de muy alto rendimiento, aproximadamente 50 km por litro y muy bajas emisiones, y que funciona con aire comprimido, esto último sustituyendo al hidrógeno como combustible y fuente de energía.
¿Cómo funciona este nuevo motor híbrido con estos combustibles?
El principio de funcionamiento es relativamente sencillo. El aire comprimido es colocado en depósitos de alta presión, los cuales se alojan en el espacio donde iría la transmisión o en el maletero. Operando en este modo, la máquina de combustión permanecería apagada hasta que la presión baje o cuando alcance una velocidad de 70 km/hora, lo que llegue primero.
En esta opción, se estima que el coche funcionaría con este elemento entre un 70 y 80 % del tiempo, en condiciones urbanas y en carretera entre un 60 y 70 %. Claro que esto dependería de la manera de conducir del usuario. Pero, sea cual fuere la situación, el consumo de gasolina será de 2 litros por cada 100 kilómetros y sin emisión de gases de carbono debido a su tecnología.
Este sistema también puede funcionar en modo combinado con combustión interna. De esta forma el motor hidráulico daría un empuje adicional de unos 90 kW. Por lo que, al moverse en Modo Gasolina, el mismo invierte su funcionamiento para acumular energía de la retención del freno y de la frenada actuando como un compresor convencional.
De acuerdo a esta especificación no dependería de que una fuente externa lo recargue, sino usarlo como fuente de energía alternativa para dar impulso y utilizar más eficientemente la regeneración de energía, en este concepto. En otras palabras, resulta en un económico y eficiente sistema híbrido de muy alto rendimiento.
Pero… ¿cómo quedaría el sistema de frenado en estos términos?
Con esta configuración, prácticamente el sistema de frenado actuaría sin que intervenga el equipo físico del mismo. Ya que solo utilizaría la resistencia propia del ekemento comprimido que actuaría como compresor para frenar. Se estima que alcanzaría su máximo valor de compresión en el depósito, en unos 10 segundos, lo que es un excelente tiempo para este menester.
Aunque en el papel, esta tecnología parece prometedora por encima de la del coche de hidrógeno con sus inconvenientes de producción, transporte y altos precios, su masificación no siempre es sencilla.
Así y todo, y aunque enfrenta otros problemas logísticos y técnicos, en las pruebas realizadas se han obtenido resultados satisfactorios por lo que esperamos ver estos vehículos en carretera en un futuro no muy lejano.
Como te habrás podido dar cuenta, en el campo de los motores no todo está dicho, ya que continuamente surgen nuevas tecnologías que ponen en peligro la hegemonía de los coches que usan hidrógeno como fuente de combustible. Por lo que es posible que le digamos adiós al hidrógeno.













