Hay algo que está alterando la imagen de las áreas rurales en España. Es un nuevo negocio donde los agricultores obtienen mucho más por los alimentos sembrados. Ya el ambiente rural no es el mismo de hace algunos años, ahora existe una tendencia a plantar en la tierra cosas diferentes a una semilla. Los trabajadores del campo no necesitan esperar a que las plántulas broten y muchos menos que llegue el tiempo de cosecha. Los cultivadores de estos predios rurales han guardado la azada y se están tomando vacaciones ¿Quieres conocer los detalles de la fiebre solar que está azotando los campos españoles?
El negocio en los campos españoles ya no es producir hectáreas de cultivo sino poseer espacios soleados
Desde que el hombre prehistórico abandonó la vida nómada y se asentó en un lugar había estado viviendo del cultivo de la tierra. Expuesto a los rigores del entorno aprendió a trabajar los campos para obtener los alimentos necesarios, convirtiéndose esta práctica para muchos en un estilo de vida.
En España hoy en día estas actividades agrícolas ya no están siendo practicadas por aquellos que solían hacerlo. La gente que hasta hace poco trabajaba la tierra como parte de una economía agrícola ahora la alquilan por una cantidad de dinero que resulta mucho más de lo que obtenían cultivándola.
De acuerdo a datos oficiales, los trabajadores del campo ya no estarían plantando nuevos cultivos sino que se estarían alquilando sus parcelas a empresas fotovoltaicas. En un año es lo que han hecho más de 200 mil propietarios, lo cual da una idea de la fiebre solar que arrasa las zonas agrícolas españolas.
Estas son las verdaderas razones por las que en el campo el sol ya no es aprovechado para cultivar
Aunque en redes sociales aparecen mensajes que alegan la expropiación de tierras cultivables con fines de instalación de paneles solares, lo cierto es que el planteamiento hacia un nuevo uso del suelo procede de los mismos propietarios motivados por la subida constante de las tarifas eléctricas y la disminución del valor de algunos cultivos.
Los predios agrícolas en España se estarían destinando a producir energía fotovoltaica, es lo que advierten muchos de los mensajes divulgados a través de las redes sociales. Una disposición que se concibe dentro del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima que plantea como meta producir una potencia instalada de 76 GW en el 2030.
Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) a partir de los informes de Red Eléctrica, en la actualidad se producen 33 GW en su avance hacia la transición energética y el logro de objetivos ante el problema del calentamiento global.
Las zonas rurales ya no son verde radiante ni multicolores: ahora se ven negras
Una evidencia de esta transformación del uso de los campos españoles se encuentra en Sevilla, por cuanto ya no abundan los trigales o girasoles sino que se observan grandes extensiones de placas fotovoltaicas que captan los rayos solares. Este es el escenario que matiza el nuevo paisaje rural español.
Otra de las evidencias de esta atracción que están teniendo los proyectos solares en el ámbito rural de Sevilla es el hecho de que actualmente en Carmona se encuentran en proceso de trámites 28 de estos planes en más de sus 92 mil hectáreas agrícolas, lo que representa una inversión de millones de euros.
Una demostración de esta motivación la ofrece el propietario José Portillo al medio Infobae quien admitió ganar antes 100 euros por hectárea por cosecha y ahora recibe 1900 euros de parte de una empresa fotovoltaica. Una renta fija que le permitirá dedicarse a otras actividades y que suponen una economía no sujeta a los riesgos de las actividades agrícolas, por ejemplo, las plagas que atacan las plantaciones.
En conclusión, los dueños de predios rurales ya no están plantando nuevos cultivos, ahora están llevando a cabo un nuevo negocio muy diferente al de la producción agrícola. En Sevilla los propietarios de fincas ya no llenan sus tierras de plantas sino que dejan a operadores de empresas fotovoltaicas colocar en ellas cientos o miles de paneles solares que posiblemente se apagarán. La motivación es clara: reciben 20 veces más por alquilar sus parcelas de terreno que la cantidad obtenida por sus sembradíos. Sin embargo, esto deja una inquietud en el aire: Si en los campos españoles ahora se produce energía ¿Dónde se producen los alimentos?