La empresa Tesla está enfrentando serios problemas que van desde los financieros con la pérdida de valor de sus acciones hasta fallas en sus productos. Sin embargo, esta no es la única compañía de Elon Musk que está en riesgo, pues también lo está otra aunque su rendimiento y operatividad son bastante aceptables por lo menos hasta ahora, pero debe tomar acciones contra políticas y competencia.
Un país que se aprovecharía del declive de SpaceX
China se prepara para competir con su joven pero pujante industria del espacio a través del diseño y desarrollo de vehículos siderales que son reutilizables. Para ello, varias empresas ya han realizado pruebas exitosas en el campo de despegue y aterrizaje, que son los hitos de mayor importancia en los cohetes de usos múltiples sirviéndoles de inspiración la combinación de tecnologías de ultima generación.
Junto con las utilizadas por la exitosa nave Falcon 9, la que cumplió este 2025, diez años desde su primer aterrizaje. Estos modelos de ensayos del gigante asiático se enfocan tanto en la puesta en órbita de satélites e, igualmente, aspiran a ser una competencia muy fuerte de la compañía de Musk, en lo que se refiere al los lanzamientos de naves reutilizables a nivel global..
La guerra entre Elon Musk y Donald Trump
La guerra entre el empresario sudafricano y el presidente de los Estados Unidos comenzó cuando el primero dirigió duras críticas de manera pública a las políticas fiscales del gobierno de las que dijo que eran una “abominación repugnante”. A esta afirmación, el ocupante de la Casa Blanca dijo que Musk era un ingrato, al mismo tiempo que amenazó con la cancelación de acuerdos clave entre el gobierno y la empresa SpaceX.
Por lo que ahora están en riesgo contratos superiores a los 22 000 millones de dólares entre los que se encuentran los concernientes a los vuelos con tripulación a la Estación Espacial Internacional (pero el CEO de SpaceX tiene una carta bajo la manga y es su predicción de la próxima crisis que también afectará a los Estados Unidos).
Esta situación ha obligado a agencias como el Pentágono y la NASA a considerar otras empresas como Blue Origin y Rocket Lab, las que ya están haciendo lanzamientos con cierta regularidad de cohetes reutilizables para colocar pequeños satélites en órbita, además de formar parte del proyecto lunar Artemis para el cual ya tienen contrato, además de que podrían cubrir la parte de asesoramiento que daba SpaceX.
Sin embargo, aunque Musk amenazó con inhabilitar el sistema Dragón, que es la columna vertebral de la configuración del centro de control de toda la misión Artemis, los expertos dudan de que lo haga. Esto porque no se puede dejar de depender de SpaceX de un plumazo, como dice Trump, ya que tiene una participación de casi el 85 % en el mercado de los satélites sin contar con Starlink.
La tecnología de aterrizaje vertical de China
En la actualidad, la tecnología de despegue y aterrizaje vertical es la que está en auge, pues esta forma resulta mucho más práctica y las instalaciones necesarias solo tienen una fracción del tamaño que las convencionales que, por ejemplo, utiliza la compañía de Musk. La meta es reducir los costos de los viajes espaciales para incrementar la cobertura de las tecnologías de internet que den respuesta a Starlink como Guowang.
En conclusión, debido a la discusión entre Musk y Trump la empresa SpaceX pudiera sufrir las consecuencias (lo que se puede sumar a los problemas que podrían hacer que se desmorone), debido a la posible cancelación de contratos que hacen que diferentes agencias consideren otras opciones. Por otro lado, China se está preparando para aprovechar esta oportunidad con el desarrollo de vehículos espaciales.
