El petróleo podría desaparecer tras la irrupción de una catástrofe. Hay preocupación por dos regiones que parecen colapsar. Si creíste haberlo visto todo con la forma más extraña de petróleo, ¡te equivocabas! Lo que estás a punto de descubrir, te dejará sin palabras. Esta sustancia puede llegar a ser muy peligrosa si no se maneja de la forma adecuada.
Por un lado, este elemento es altamente inflamable, pudiendo representar un potencial riesgo de incendio o explosión y, por otro, también puede ser tóxico si se ingiere o inhala. Los componentes químicos presentes en él pueden ocasionar graves problemas de salud si entran en contacto con la piel, se inhalan o se ingieren.
Definitivamente el petróleo es peligroso por tu naturaleza inflamable y su potencial toxicidad. Por esta razón, está teniendo lugar una crisis que podría dejar fuera de circulación a esta sustancia tan utilizada.
El petróleo pasa por su peor crisis
Según un análisis reciente de la consultora energética Wood Mackenzie, más de un quito de la capacidad global de refinación de petróleo podría estar en peligro de cierre. Este estudio tuvo en cuenta 465 activos de refinación e indica que Europa y China son las regiones con mayor número de instalaciones en alto riesgo.
Esto se traduce en alrededor de 3,9 millones de barriles por día en cuanto a capacidad de refinación comprometida. La combinación de márgenes de gasolina debilitados, el aumento de los costes operativos y las exigencias cada vez más estrictas en cuanto a emisiones de carbono están ejerciendo presión sobre muchas refinerías.
La crisis de las refinerías es real: ¿el fin del petróleo?
La industria global de refinación se enfrenta a una gran transformación, que viene determinada por varios desafíos económicos y ambientales que amenazan la viabilidad de un gran número de activos. Según el análisis de Wood Mackenzie, alrededor de 21% de la capacidad global de refinación podría estar cerca del cierre, con Europa y China llevándose la peor parte.
Una situación que se vuelve todavía más tensa ante la presión de competidores más nuevos y complejos en Medio Oriente y Asia, junto con las secuelas de la pandemia de COVID-19 que han debilitado de manera significativa los márgenes de la gasolina.
En este contexto, las refinerías en riesgo se ven en la difícil tesitura de tomar decisiones críticas sobre su futuro. Mientras algunos directamente piensan en el cierre, otros planean grandes inversiones para estar a la altura a nivel ambiental y seguir siendo competitivos.
El petróleo pasa por su peor momento: ¿la situación se puede revertir?
Por otra parte, la anticipación de impuestos al carbono y la disminución proyectada de la demanda de gasolina a finales de esta década suponen desafíos importantes que necesitan de una estrategia adaptativa y profunda. El cierre potencial de estas refinerías tiene incidencia no solo en la industria petrolera, sino también en las economías locales y la seguridad energética global.
La desaparición de varias refinerías llevaría a la irreparable pérdida de empleos y a un impacto económico adverso en las zonas que dependen de esta industria. Europa y África dependen de la gigantesca refinería Dangote en Nigeria para el abastecimiento de gasolina. Si esta refinería se viera afectada, podría perjudicar la dinámica económica y comercial de ambos continentes.
Concretamente, la refinería Dangote supone un grave riesgo para las importaciones europeas de gasolina, valoradas en 17.000 millones de dólares anuales. Podría terminar con décadas de dependencia africana del combustible europeo. Con estos datos, queda claro que el sector petrolero está en un punto crítico.
Esta catástrofe podría representar el fin para el petróleo y la preocupación es total. El futuro de la refinación probablemente contemple una carta más diversa de fuentes de energía y tecnologías más compasivas con el medio ambiente. Bajo estas delicadas circunstancias, ya hay lugares de España en los que se está hablando del petróleo del siglo XXI.
