La crisis energética ha venido afectando sobre todo a los países satélites de Rusia a los que Putin ha estado chantajeando con cortarles el flujo de gas, lo que los ha obligado a buscar alternativas no tan ecológicas. Sin embargo, este gobierno ha conseguido que en el corazón de Asia se tenga esta peligrosa energía.
Putin detrás de la consulta de construcción de una central generadora de esta peligrosa energía
Hace poco se realizó un referéndum consultivo cuya única pregunta era “¿Está usted de acuerdo con la construcción de una central nuclear en Kazajistán?”. A las urnas de votación asistieron unos ocho millones de habitantes de un padrón electoral de casi 12,2 millones de personas, es decir, poco más de dos tercios.
De acuerdo a los resultados preliminares una gran mayoría, el 66,23 %, votó afirmativamente olvidándose de su pasado y dando la bienvenida a la energía nuclear. Esta situación representa un gran triunfo para Putin puesto que una de las mayores empresas rusas habría sido preseleccionada para llevar adelante el proyecto.
Una clara victoria del “SI” abre una nueva era para Kazajistán
El referéndum que se llevó a cabo sin ningún problema, representó un triunfo para el gobierno de este país quien desde hace meses defendía un futuro de energía nuclear para el más grande productor de uranio en el mundo. Paradójicamente a pesar de poseer yacimientos enormes, no había obtenido beneficios hasta ahora.
Asimismo, los seis partidos que dominan el Congreso de ese país apoyaron en forma unánime las consignas de la presidencia a la vez que no tomaron en cuenta todas las advertencias hechas por los ecologistas. De hecho, es una jugada que salió muy bien para Putin quien llevaba años tramando la misma.
Solo en la capital del país y la segunda ciudad como lo es la opositora Almaty, el “SI” no fue la opción más votada. Esta es la forma en que los habitantes de Kazajistán reducen su dependencia del carbono y tratan de sacudirse los chantajes respecto a cortarles el suministro del gas ruso.
Es de recordar que esta nación depende casi un 50 % de las minas de carbón, una fuente energética que es muy contaminante, 30 % del gas natural proveniente de Rusia, 15 % de las plantas hidroeléctricas y, apenas, un 5 % de energías renovables como la fotovoltaica y la eólica.
Por otra parte, según los expertos en el tema, el resultado del referéndum estaba decidido desde antes de su realización, así como que el consorcio ruso ganara el concurso convocado para la construcción de la planta nuclear, en caso de ganar el “SI”. Y esto porque los kazajos estaban convencidos de su conveniencia.
Putin y el Kremlin tienen un férreo control sobre parte de la comercialización del uranio de Kazajistán. Es por ello que la construcción de la planta atómica kazaja es prioritaria para Rusia para paliar la baja de los ingresos provenientes de la exportación de hidrocarburos debido a las sanciones por la guerra con Ucrania.
Un pasado plagado de amargas experiencias con la energía nuclear
Aunque los kazajos votaron por una independencia energética de Rusia, paradójicamente podría ser una empresa de Putin quien construya y gestione la nueva planta nuclear. Asimismo, está el asunto de la mala experiencia durante la Guerra Fría, las consecuencias ecológicas y el riesgo siempre presente de un accidente nuclear.
En definitiva, aunque el triunfo del «SI» representó para los kazajos la independencia energética, en realidad para Putin fue un triunfo para sus planes. En el sentido de que se instalará una energía muy peligrosa como lo es la nuclear, en pleno corazón de Asia. Y probablemente será una empresa rusa la encargada de la construcción.
