Batacazo histórico en este país por la sequía: iban a ser la nueva superpotencia, pero están pidiendo ayuda

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Publicado el: 6 de abril de 2024
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En esta constante lucha por mitigar las emisiones de carbono y las grandes sequías que amenazan el bienestar del planeta y exacerbando el cambio climático, cada vez más países están tomando medidas concretas para alcanzar sus metas de reducción de emisiones y promover prácticas amigables con el medioambiente. Sin embargo, uno de los países más prometedores tomó un cambio de 180 grados.

Este es el país que marcó un camino hacia la sostenibilidad: ahora está en aprietos

Pues bien, estamos hablando de Nueva Zelanda uno de los países más comprometidos en solucionar sus problemas de sequía. Recordemos que en 2021, más del 80% de la electricidad en este país vino directamente de fuentes de energía renovable, como energía eólica y fotovoltaica. Hay planes para que en 2025 el 90% de la electricidad sea renovable.

Sin embargo, actualmente no hay una estrategia clara sobre energía y hay incertidumbre política. La Agencia Internacional de la Energía acaba de publicar un nuevo informe que analiza la situación energética de Nueva Zelanda, incluyendo el riesgo de sequías, ya que gran parte de su electricidad proviene de la hidroeléctrica.

El sistema eléctrico de Nueva Zelanda es fundamental para la estrategia del gobierno de reducir las emisiones de carbono en el sector energético. La estrategia energética de este país estableció un objetivo de que el 90% de la electricidad provenga de fuentes renovables para el año 2025.

Actualmente, el gobierno está embarcado en una ambiciosa estrategia para fomentar el uso de la electricidad en una amplia gama de áreas, incluyendo los edificios, el transporte y la industria. Este impulso se fundamenta en un sistema eléctrico robusto y sostenible, respaldado por fuentes de energía renovable.

Este es el complejo problema hídrico que enfrenta Nueva Zelanda

La dependencia de la energía hidroeléctrica puede convertirse en un desafío durante la sequía. Cuando los niveles de agua disminuyen, la capacidad de generación hidroeléctrica se ve afectada, lo que puede requerir el uso de otras fuentes de energía y aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero. Es importante diversificar el mix energético y desarrollar tecnologías de almacenamiento para mitigar los impactos de la sequía en el suministro eléctrico.

El desafío de la dependencia de la energía hidroeléctrica se intensificará a medida que el país avance hacia una red eléctrica totalmente basada en energías renovables. Este enfoque aumentará la vulnerabilidad durante las sequías y exigirá una diversificación de fuentes energéticas y el desarrollo de tecnologías de almacenamiento para cumplir los objetivos de descarbonización.

En 2020, el gobierno lanzó el emocionante proyecto de Batería de Nueva Zelanda. Se espera que los estudios estén completos para principios de 2023 y que para la década de 2030 ya tengamos soluciones listas. Sin embargo, debido a las limitaciones en nuevas hidroeléctricas y la modesta viabilidad de la geotermia, la mayoría de la nueva energía vendrá de fuentes como la eólica y solar.

Estos son algunos de los desafíos que el país deberá enfrentar ante la sequía

Tras está compleja situación, Nueva Zelanda encuentra en una encrucijada única, donde la abundancia de oportunidades y recursos naturales coloca en una posición privilegiada al país para lograr las metas de reducción de emisiones y uso de energía. Sin embargo, esta ventaja viene acompañada de desafíos considerables, ya que se establecieron objetivos ambiciosos que requieren un enfoque estratégico y práctico.

No saber qué papel tendrán diferentes tipos de energía y tecnologías en esta transición hacia un futuro más sostenible hace las cosas aún más complicadas. Esta falta de claridad no solo desanima a las empresas a invertir en innovación y tecnologías limpias, sino que también hace que los actores del mercado no confíen y dificulta la planificación a largo plazo.

Para solucionar estos problemas, el gobierno de Nueva Zelanda realizó una serie de estrategias, como el Plan de Transición de Gas, la Estrategia de Conservación y Eficiencia Energética actualizada, y el programa de trabajo de energía renovable, reflejan un firme compromiso hacia la transición a un sistema energético más sostenible.