Una ciudad como Tokio presenta una imagen moderna distinta frente a la arquitectura colonial que ofrecen las ciudades españolas pero la lección que ofrece la urbe japonesa a las de España no tiene nada que ver con la modernidad o las tradiciones sino con la solución que ha dado a algo que se ha convertido en un problema cotidiano.
Una abarrotada ciudad de Tokio que le da lecciones de orden a las ciudades españolas
Si se observa una imagen de una avenida de Tokio se puede notar en primer lugar multitudes de personas que caminan casi tropezándose, lo cual evidencia los más de 14 millones de personas que residen en los 2194 kilómetros cuadrados que la comprenden e igual sucede con una urbe populosa como Madrid con sus más de 3 millones de habitantes.
Sin embargo, si la imagen es de una red vial el contraste entre las ciudades de Japón y las de España es bastante notorio, pues en una ciudad como Madrid dependiendo la hora podrá verse carreteras atestadas de coches, en cambio, en Tokio las calles lucen menos congestionadas sin importar el momento del día.
Comparativamente las ciudades de España deberían presentar un tráfico menos pesado que las de Japón, pues en Madrid hay 5265 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que en Tokio hay 6501 en la misma área superficial, sin embargo, la realidad es otra, la urbe japonesa presenta vías más despejadas ¿A qué obedece este fenómeno?
Esta es la lección japonesa a la que las autoridades españolas deberían prestar atención
Si alguien cree que es por la cantidad de coches, en una ciudad como Madrid para 2020 había 29 875 896 millones de coches mientras que Tokio casi triplica esa cantidad con 76.702.773, entonces ¿Cómo es que se ve menos tráfico? De hecho, en las calles y transporte público de Tokio se ven muchas personas pero en las principales vías hay muy pocos coches.
Estos países presentan una situación de tráfico contrastante aunque ambos tengan una densidad de coches por persona algo similar, pues los 629 coches por cada 1000 habitantes en España se equipara un poco con los 609 coches por igual cantidad de residentes en Japón.
El tráfico en las ciudades japonesas es más ordenado porque las autoridades de ese país han limitado el número de coches que puede poseer un residente de una gran ciudad, reduciendo así el número de coches que circulan, además de que la cultura influye en un uso menos frecuente.
Por ejemplo, en ciudades de Japón cada hogar posee 1,06 coches del total pero en Tokio hay 0,32 vehículos por hogar y en estas grandes urbes se emplea poco los coches, pues se ha calculado que apenas un 12% de recorridos diarios se realizan utilizando el coche y un 17% en bicicleta, estimulado esto por dos prohibiciones:
- Aparcar en la calle
- Comprar un coche
La cultura también juega un papel importante en el abultado tráfico en España
En el abultado tráfico que se observa en muchas ciudades de España también hay detrás un factor cultural, pues ¿Por qué sin que haya accidente, obras o semáforos el tráfico se detiene? ¿Por qué unos metros después vuelve a moverse? Es una situación que se suscita a menudo en las carreteras españolas y la causa es poco evidente.
En un estudio llevado a cabo por la Universidad de Zaragoza en conjunto con Alsa, una empresa de movilidad, se revela que los atascos de tráfico no obedecen a obstáculos en la vía o problemas de señalización y en la mayoría de los casos se atribuye a una «restricción fantasma»
La «retención fantasma» se produce por reacción en cadena entre los coches, tal como sostiene dos de los investigadores expertos en movilidad, Antonio Lucas-Alba, y Óscar M. Melchor, llega a producirse una onda de paradas que se proyecta a lo largo de la vía y que es suscitada por una frenada o una disminución de velocidad ante una curva.
En conclusión, para que las ciudades españolas lleguen a lucir tan despejadas como Tokio habría que prestar atención a la cantidad de coches de que dispone cada persona y el uso que le da, pero también hay que enfocarse en el comportamiento de los conductores pues hasta una inocente frenada produce un grave atascamiento.