Hace algunos años China encontró un tesoro de más de 100 mil toneladas de energía que en ese entonces no pudo obtener pero ya ha encontrado la forma de extraerlo lo que significaría un paso clave para garantizar la autosuficiencia energética de esta potencia económica.
Las cien mil toneladas de energía se encuentran escondidas en este recóndito lugar de China
El gigante asiático es una nación que demanda grandes cantidades de energía y entendiendo que la producción y uso de estos recursos energéticos debe tener un bajo impacto ambiental ha dedicado grandes esfuerzos en explorar y explotar minerales con grandes capacidades energéticas.
Entre estos minerales destaca el litio, el cual les ha permitido a China convertirse en líder mundial en la producción de baterías para coches y dispositivos; sin embargo, reconociendo las limitaciones de los acumuladores eléctricos ha pretendido ir más allá y por ello apunta hacia la potencia nuclear.
Por consiguiente, no solo se han hecho esfuerzos en localizar mayores depósitos de litio, denominado también como «oro blanco», sino que además el gobierno se ha empeñado en ampliar la exploración hacia yacimientos de otros minerales energéticos como el uranio, esencial para producir energía nuclear.
Los resultados de tal empeño parece haber sido favorables porque la Academia China de Ciencias Geológicas calcula en aproximadamente 100 mil toneladas la cantidad de uranio contenido en el yacimiento de Jingchian en la Cuenca de Ordos, hallazgo que había sido anunciado recientemente por el Servicio Geológico del Ministerio de Recursos Naturales.
Es una cuestión de dinero la extracción del gigantesco tesoro esparcido por la región
Un detalle es que el uranio utilizado en reactores de fisión nuclear es el isótopo 235 y no otro porque cuando este es bombardeado se genera el más inestable el isotopo 236 y que para conseguir estabilidad se produce una división en dos núcleos ligeros y la emisión de 2 o 3 neutrones.
Aproximadamente el 0,1% de la masa se transforma en energía puesto que el total de las masas de estos núcleos se hace ligeramente inferior al isótopo -236, considerado uno de los procedimientos fundamentales dentro del proceso de la fisión nuclear a partir del uranio, aunque se tiene una vía alternativa que puede resultar en una energía más eficiente, pero peligrosa.
El uranio utilizado por la incipiente potencia en sus instalaciones nucleares proviene de los yacimientos localizados en distintas regiones como Guangdong, Xinjiang, Yunnan, Jiangxi y Sichuan, así como de las continuas importaciones de diversos países en todo el mundo, principalmente de:
- Canadá
- Australia
- Rusia
- Uzbekistán
- Kazajistán
Sin embargo, el gran depósito de uranio que se encuentra en la región norteña de la cuenca de Ordos aún no ha sido explotado por China y esto obedece a un serio problema técnico que amerita de una tecnología extractiva y de procesamiento hasta ahora inexistente.
Ya lo están anunciando: China ha encontrado la tecnología con la que dominará el mundo
El problema que presenta la explotación de uranio es que al encontrarse en concentraciones muy bajas contenidas en rocas y tierras o disueltas en agua conlleva a que la obtención y tratamiento sean procesos muy complejos y costosos al intentar separarlo de las impurezas.
Sin embargo, el programa nuclear civil y militar de esta potencia asiática ha registrado asombrosos avances en los últimos veinte años considerando que en 2002 apenas había 2 instalaciones nucleares operativas en territorio chino y en la actualidad ya son 58 las plantas nucleares que se encuentran en operación.
Un gran paso fue la creación en 2023 del proyecto estratégico nacional «Uranio Nacional nº1» con el propósito de desarrollar la tecnología necesaria para extraer el uranio de la cuenca de Ordos, y actualmente apuesta a la lixiviación in situ, lo que de resultar favorable significaría un paso clave en la autosuficiencia de la potencia asiática en materia de recurso nuclear.
En conclusión, aunque no se trata de la energía más misteriosa del mundo, China ha realizado enormes esfuerzos para extraer el tesoro oculto con 100 000 toneladas de uranio que se encuentra en una de sus regiones, hasta hace poco inaccesible por estar ampliamente diseminado y combinado con otros minerales lo que dificultaba su procesamiento y elevaba los costes.