La nieve trae consigo diversión, además del frío, pero al momento de llegar el invierno aparecen esquís, trineos, muñecos de nieve y sonrisas por doquier. Generaciones enteras esperan sus vacaciones de invierno, rezando para que cayera nieve suficiente y durará lo necesario. Lo malo, el cambio climático está acortando estas temporadas pero, algo acaba de cambiar por completo las reglas del juego. Lo que están construyendo en Australia no sólo desafía la geografía y el clima, sino que replantea totalmente los deportes de nieve.
Algo que desafía la gravedad y el invierno
Durante años probaron copiar el esquí en sitios cerrados. Canchas bajo techo con nieve artificial, bandas móviles, pistas en edificios con una pendiente diminuta. Algo hacían, pero nada se compara con la experiencia real: bajar por una ladera sintiendo aire frío en los pómulos y el paisaje moviéndose sin parar.
A pesar de las ganas que tenían las empresas de imitar esta experiencia solo lograban fracasar: las pistas de nieve eran cortas, además, los edificios enormes y modernos no eran para nada baratos. Parecía que simplemente no había forma de replicar una montaña nevada dentro de cuatro paredes, o al menos, eso parecía, hasta ahora.
Un grupo de diseñadores e ingenieros presentó el Snowtunnel, que es básicamente un túnel cilíndrico gigante cubierto de nieve real que gira sobre su propio eje, como una secadora. Te subes en la parte superior con tus esquís o tabla, y mientras desciendes, el túnel está rotando constantemente creando una bajada infinita.
La estructura mide 120 metros de diámetro y 40 metros de altura, completamente climatizada para mantener nieve todo el año. El túnel gira a velocidad variable, permitiendo simular diferentes tipos de pendientes desde principiantes hasta expertos. Puedes esquiar literalmente durante horas sin repetir exactamente el mismo trayecto porque el túnel nunca deja de rotar.
Nieve real en pleno verano
El sistema de refrigeración del Snowtunnel mantiene temperaturas bajo cero dentro del túnel incluso cuando fuera haya un calor infernal. Usan cañones de última generación que producen nieve con la textura y consistencia perfecta, no como ese hielo duro que tienen algunas pistas cubiertas. Es nieve real, esquiable. Así como para China no hay imposibles, para Australia tampoco.
La superficie interior del túnel tiene diferentes texturas y obstáculos que se pueden reconfigurar. Moguls para practicar, saltos para freestylers, zonas planas para principiantes y mucho más. Todo esto dentro del mismo túnel pero en secciones diferentes. Es como tener varias pistas de montaña comprimidas en un solo espacio circular.
Entrenamiento profesional todo el año
Los atletas profesionales de esquí y snowboard están especialmente emocionados con esto, pues normalmente solo pueden entrenar durante la temporada de nieve, y luego pasan meses haciendo ejercicios de gimnasio esperando que vuelva el invierno, pero con el Snowtunnel podrían mejorar su técnica sin importar el clima.
Los equipos nacionales de países sin montañas nevadas podrían finalmente tener instalaciones de entrenamiento completos, por todo el año. Los países tropicales o desérticos tendrán la opción de desarrollar atletas competitivos,pues ya no será necesario practicar en tierra, bajo el sol, cómo lo hacían en “Cool Runnings”.
Las escuelas de esquí también se benefician enormemente. Pueden ofrecer clases sin depender del clima. No más días cancelados por lluvia o falta de nieve. Los instructores pueden controlar exactamente las condiciones y la dificultad para cada alumno. Es un aprendizaje garantizado sin los peligros de una montaña.
Un adiós a los trineos
Obviamente no todos están saltando de alegría. Los puristas del esquí argumentan que parte de la magia del deporte es justamente estar en la montaña, rodeado de naturaleza, respirando aire frío. Esquiar en un túnel giratorio dentro de un edificio climatizado pierde completamente el alma de la experiencia y tienen algo de razón.
No vas a ver más montañas en el horizonte, no vas a sentir el sol en la cara después de esquiar en la sombra, el frío abrazador al momento de bajar y no vas a parar en una cabaña a medio camino para tomar chocolate caliente. El Snowtunnel ofrece la mecánica del esquí pero sin toda la demás experiencia del invierno, pero eso no significa que no te pueda encantar.
El primer Snowtunnel se pondría cerca de Melbourne, aunque después podría llegar a más ciudades por Australia y luego fuera también. Unos cálculos sitúan el gasto en unos 200 millones, sin embargo, hay quien apuesta que ganará dinero rápido gracias al interés de la gente de ciudad que quiere esquiar o entrenar simplemente. En caso de salir bien, esto podría marcar el inicio de convertir deportes de invierno en algo cotidiano. Y hablando de cambios, así es como China crea un plan que cambiará a todo el planeta en el 2040.
