Ahorrar anualmente algunos cientos de euros es posible con solo presionar un par de veces el botón con el signo de más o el de menos. Sin embargo, el problema es ser asertivo en dilucidar cuál es el que se debe ajustar. La razón es que basta con darle un toque de más a alguno de estos botones para que se produzca un ambiente de incomodidad e incluso se generen posibles e impredecibles factores de riesgo para la salud. Aquí te contamos que tan importante saber hacer el ajuste, no solo para el ahorro de unos cuantos euros al año, sino además para evitar enfermedades.
¿No sabes en cuánto ponerlo? ¿Ahorrar puede afectar tu salud?
Vivir en un ambiente con la temperatura adecuada es fundamental para la salud y el bienestar humano. La temperatura ambiente influye directamente en el funcionamiento corporal, ya que las personas deben mantener una temperatura de su cuerpo estable para sobrevivir y funcionar correctamente.
Un ambiente demasiado caliente o demasiado frío puede afectar la capacidad del cuerpo para autorregularse, provocando problemas de salud como golpes de calor, agotamiento, hipertermias, o enfermedades respiratorias y cardiovasculares. De allí que sea importante mantener una temperatura confortable en la casa.
Sin embargo, el confort en la vivienda depende en buena parte de la temperatura del ambiente, así como de la altitud y la humedad del lugar, pero esto también depende de las condiciones y el gusto de las personas. Esta es el principal motivo de que no exista un valor fijo para ser establecido en la mayoría de los acondicionadores de aire.
Los estudios no coinciden y una pequeña diferencia marca el límite entre el ahorro y la incomodidad
En el aire acondicionado su configuración acertada durante el transcurso de los meses incide en la comodidad y el rendimiento energético dentro de la vivienda. Se requiere de tal ajuste porque cada estación plantea diferentes necesidades y si no hay correspondencia se pueden generar afectaciones a nivel de:
- Salud
- Consumo eléctrico
- Calidad ambiental
Existen varios estudios al respecto pero no coinciden en cuanto a conclusiones, así como tampoco exponen un valor común que sirva para la mayoría de los aparatos climatizadores en función de la salud o el ahorro energético.
Sin embargo, la OMS ha llevado a cabo un estudio en el que buscó determinar los riesgos a los que se expone una persona cuando la temperatura del ambiente donde se encuentra supera los 24 °C. En la investigación se concluyó que las medidas ante el riesgo son imprevisibles en aquellos sedentarios que por alguna razón permanecen en viviendas durante varias horas entre 18 °C y 24 °C.
Al final depende de muchas cosas incluso hasta del estado de ánimo de quien tiene el control
De acuerdo con Repsol, no es una simple cuestión de unos pocos grados la diferencia entre un ajuste adecuado y uno inadecuado, y ante ello es necesario atender a ese diferencial para que se reduzca los riesgos de pérdida de confort o de aumento del gasto energético.
En esencia, el nivel óptimo del termostato dependerá de la estación porque algunos meses con mayor calidez requerirán de un ajuste de temperatura más baja que la requerida en los meses más fríos. Aparte del clima propio del mes hay otros factores que deben ser atendidos, tales como:
- Protección térmica del domicilio
- Hábitos de uso nocturno o diurno
- Duración del día o la noche
Si se aumenta la temperatura en el control del aire acondicionado durante los meses fríos, ubicando el termostato sobre los 22 °C, se producirá un desperdicio de energía y no se percibirá confort. La razón es que el sistema climatizador estaría operando de manera forzada ante el excedente térmico, produciéndose:
- Un ambiente degradado en materia de salud
- Incremento de la factura eléctrica
- Reducción del tiempo de vida útil del equipo
En conclusión, si en lugar de decirle adiós al aire acondicionado con un invento francés elevas la temperatura por encima de 22°C esto puede generar un gasto energético superfluo y posiblemente ni sientas una mejora en el confort. Además, el exceso térmico en invierno puede forzar el mecanismo de funcionamiento del sistema de climatización, por lo que aparte de promover un ambiente poco saludable y provocar un notable impacto sobre la factura eléctrica, puede dañar el aparato de aire acondicionado. En fin, para ahorrar unos cientos de euros y estar bien de salud toca ser bien precavido a la hora de tratar de mantener una temperatura ambiental adecuada en la casa.