La gran muralla de China es una de las obras más emblemáticas en el mundo surgida de la mano del hombre pero España tiene una que brotó de la tierra. La del país asiático es tan colosal que puede ser vista desde la Luna y aunque la que se encuentra en la península ibérica no puede ser apreciada desde el espacio tiene una altísima relevancia que transciende hacia otras áreas, especialmente hacia un tipo de turismo que actualmente tiene mucho auge. Precisamente aquí abordaremos esa característica de muro gigantesco y su entorno que constituyen la base de una conexión simbólica entre la naturaleza y la historia humana.
España tiene una gran muralla natural que supera a la de China en muchos aspectos
España es un país con una gran diversidad de atractivos naturales que se convierten en destinos ideales para actividades como senderismo, fotografía y turismo sostenible, permitiendo conectar con la biodiversidad y disfrutar del entorno. Y precisamente uno de estos es una formación espontánea de hace unos 100 millones de años que compite con la gran muralla china.
A diferencia de la gigantesca construcción asiática y la de España es que la primera es producto de la mano del hombre, mientras que la española es completamente natural. Su formación es el resultado de la erosión continua causada por el agua y el viento durante millones de años, dándole una apariencia que recuerda a la cola de un dragón.
Se cree que las paredes de roca caliza que conforman este colosal muro natural datan de la era cretácica, lo que le confiere un alto valor geológico. Aunque popularmente se conoce como la Muralla China de Finestres, su denominación original es Roques de la Vila.
Dónde está esa excelsa maravilla natural que el señor tiempo con ayuda del viento y el agua han formado
En esencia, está localizada en un pequeño pueblo de Aragón. Actualmente, el pueblo de Finestres está deshabitado y en ruinas, lo que añade un aire de misterio y atractivo especial a la zona. Se trata de uno de los paisajes más exuberantes y representativos de España y la comunidad autónoma.
Esta no es la nueva Gran Muralla China sino una formación geológica completamente natural que conforma un colosal muro de piedra y se encuentra localizada en la sierra del Montsec, comarca de la Ribagorza. Se presenta como un imponente perfil con dos muros rocosos paralelos que atraviesan el embalse de Canelles.
Se encuentra próxima a Congost de Montrebei, una ruta que comprende las pasarelas de Montfalcó, otro gran atractivo turístico, especialmente para aquellos que sienten preferencia por los sitios naturales. Se trata de unas pasarelas de maderas que se deslizan a través del cañón derivado de las aguas del Noguera Ribagorzana.
Pasos para la práctica del senderismo y hasta bailes en esta auténtica maravilla de la naturaleza
Para admirar las crestas de Roques de la Vila se puede a través de las aguas del embalse de Canelles y del río Noguera Ribagorzana. Una ventaja de esta opción es la existencia en los alrededores de empresas que tienen por objeto el alquiler y paseo por el embalse en barco o kayak.
Sin embargo, la mejor vía de acceso hacia la Muralla de Finestres está representada en la localidad de Estopiñán del Castillo, a la cual se puede arribar desde Benabarre. Es un pueblito con apenas 126 habitantes, que se constituye en una comunidad pequeña y diversa donde en pleno mes de agosto hay la celebración de las fiestas mayores de San Salvador con el baile de los palitrocs.
En conclusión, la Muralla China de Finestres es conocida también como Roques de la Vila. Esta maravilla natural de España se alza por encima del embalse de Canelles, sirviendo en el pasado de refugio espontáneo para el castillo de Finestres. Observar los vestigios de esta preciosa formación natural es prácticamente recrear aquella época. El acceso más recomendado es desde Estopiñán del Castillo, utilizando una pista que se puede recorrer a pie, en bicicleta o en este vehículo todoterreno. La ruta tiene una longitud de 12 kilómetros en un solo sentido. Aunque es posible realizarla en vehículo, se aconseja emplear un coche todoterreno, según indican desde Turismo de Aragón.