La aparición de colmenas de criaturas radiactivas ha despertado preocupación mundial sobre las implicaciones que podrían tener algunos elementos que en el pasado tuvieron contacto con fuentes de radiactividad y que hoy en día siguen manteniendo significativos niveles de radiación. Veamos las posibles consecuencias.
Un nido de criaturas radiactivas que todavía mantiene la esencia de un pasado riesgoso
Cuando comenzaron las actividades vinculadas con la energía nuclear a finales de los 40 y principios de los 50 poco se sabía sobre el alcance que podía tener la radiactividad y no se contaba con los sofisticados recursos de protección que ahora existen, de allí que posiblemente fueran más frecuentes las fugas de radiación.
Asumiendo que los niveles de radiactividad disminuyen de manera gradual y que isótopos como el plutonio 239 tienen una vida media de 24 mil años aproximadamente es justo creer que en las instalaciones antiguas donde se realizaban actividades vinculadas con la energía nuclear todavía haya mucha radiación.
De allí que no sorprenda que trabajadores de una planta en Carolina del Sur donde alguna vez eran fabricadas piezas clave para bombas nucleares en Estados Unidos hayan encontrado un nido de avispas radiactivo, aunque las autoridades dijeron que no representa ningún peligro o al menos no importante.
Tal como fue reportado por el Departamento de Energía federal, el pasado 3 de julio durante una revisión rutinaria efectuada por trabajadores en las proximidades de unos tanques donde eran almacenados líquidos contentivos de desechos nucleares se encontró un nido de estos insectos con niveles significativos de radiación.
Un informe incompleto: no revela el tipo de avispas y mucho menos el destino de los insectos
En este nido encontrado en la planta de Río Savannah en las proximidades de Aiken no había avispas pero tenía niveles de radiación 10 veces mayor al permitido según las normativas, de allí que fuera tratado como desecho radiactivo siendo rociado con insecticida y eliminado siguiendo el protocolo correspondiente.
La causa de que el nido haya adquirido radiación no está clara, pues en el informe se señala la ausencia de fugas en los tanques contentivos de los residuos nucleares, por lo que se asume que la radiactividad corresponda a los tiempos en que la fábrica de bombas estaba en funcionamiento.
Por consiguiente, tal como advierte el equipo de monitoreo Savannah River Site Watch, el informe muestra signos de deficiencia puesto que no detalla las causas específicas de la radiactividad, así como tampoco garantiza que no haya más elementos radiactivos presentes en la planta o si existe o hubo alguna fuga.
Para Tom Clements, director de Savannah River Site Watch, el informe también es incompleto porque no especifica el tipo de avispas que había en el nido, siendo este un dato clave para conocer la influencia de los residuos nucleares, pues algunas especies utilizan tierra mientras que otras emplean materiales vegetales.
Esta fábrica pasó de bombas a combustible nuclear: Efecto del fin de la Guerra Fría
La fábrica comenzó a funcionar a principios de la Guerra Fría en los años 50 encargándose de construir elementos de plutonio para el núcleo de la bomba y en la actualidad se fabrica combustible para instalaciones nucleares y para llevar a cabo actividades de limpieza.
El total de tanques en estas instalaciones son 51, sin embargo, 8 fueron cerrados, por lo que 43 siguen conteniendo residuos nucleares, cantidad que asciende a 625 millones de litros y se estima que se haya reducido a 129 millones debido a la evaporación, tal como asegura Savannah River de Mission Completion.
En conclusión, la preocupación mundial por consecuencias del pasado se hace más latente cuando aparecen noticias sobre la radiactividad en los contenedores de residuos nucleares, como en el caso de las colmenas de criaturas radiactivas que hace pensar en la forma como se contaminaron y cuánto riesgo de radiactividad todavía sigue estando presente.