Desde hace tiempo la remota Siberia es considerada una región inhóspita y llena de misterio y ahora unos gigantescos cráteres lo ratifican. Estudios iniciados una década atrás muestran como el origen violento de estos agujeros hacia las profundidades de la Tierra no tiene aún una explicación científica o racional. Aquí ahondaremos en las características de estas profundas cavidades en la interioridad terrestre y revisaremos las principales hipótesis que se tejen acerca del origen de las mismas, resaltando una que la vincula con un elemento contaminante bastante común en la actualidad.
El gran misterio de estos cráteres se encuentra a cientos de metros de profundidad bajo la capa helada
Siberia es una remota y extensa región que abarca desde tierras bajas pantanosas hasta montañas altas y meseta. De hecho, la llanura de su parte occidental es una de las mayores extensiones de tierras bajas continuas en el mundo. Compuesta por depósitos aluviales es una zona rica en petróleo y gas natural.
Su difícil acceso había hecho que esta región se mantuviera casi virgen por muchos años y solo ocasionalmente grupos científicos se adentraban en ella para el desarrollo de estudios sobre algunos fenómenos presentes en este complejo sistema de llanuras y montañas.
Precisamente en una de estas excursiones científicas fueron descubiertos unos gigantescos cráteres formados por explosiones subterráneas espontáneas. Las paredes escarpadas y revestidas con capas de permafrost forman estructuras rocosas cilíndricas hundidas hasta 164 metros y con una extensión de hasta 30 metros de ancho.
Desde hace más de diez años estos colosales agujeros situados en el permafrost del Ártico ruso han captado el interés de la comunidad científica, al igual que de la población del noroeste siberiano, específicamente en la remota península de Yamal, donde han sido avistados hasta ahora ocho de estos fenómenos.
Un fenómeno del Ártico ruso que ha despertado el interés colectivo y originado múltiples conjeturas
El primero de estos cráteres apareció en 2014 cuando fue avistado sorpresivamente en la región señalada. Esta abertura tenía unos 50 metros de profundidad y un diámetro de 70 metros. Se mostraba en medio de los escombros como producto de la erupción desde el interior del planeta.
Posteriormente, fueron descubiertos un mayor número de cráteres en las penínsulas de Yamal y Gydan por parte de investigadores y residentes, enfocándose los primeros en la generación de teorías explicativas.
Entre las hipótesis se encuentra el calentamiento de permafrost junto a la expansión de bolsas de agua salada líquida denominadas criopegs, formando cavidades que se llenan de metano. Otra supone el derretimiento del hielo contentivo de gas o la descomposición de los hidratos de metano en la superficie congelada.
Uno de los gases causantes del cambio climático está provocando las misteriosas explosiones
Científicos de la Universidad de Oslo y de Rusia sostienen que estos no se originan del derretimiento de la capa superficial del permafrost, tal como sucede con el cráter Batagaika en Siberia o «Puerta al infierno», sino a la acción del metano y el empuje calórico hacia arriba desde la profundidad.
Un nuevo estudio plantea la posibilidad de que la causa del fenómeno sea mucho más compleja y la base de la misma radique en el rompimiento del equilibrio del cambio climático. En dicha investigación se destaca que la causa de estos cráteres radica en una capa especial denominada criopeg que se encuentra dentro del permafrost.
Dicha capa forma bolsas de agua que permanecen en estado líquido debido a la alta salinidad y la presión ejercida por la superficie congelada sobre estos residuos de los mares prehistóricos. Asimismo, la estabilidad en condiciones de alta presión y baja temperatura se produce en torno a hidratos de metano presentes.
En conclusión, algunas explicaciones sugerían que el calentamiento del permafrost era el responsable, incluyendo el crecimiento de bolsas de agua salada líquida llamadas criopegs, que pueden expandirse y crear cavidades o cámaras llenas de gas. Sin embargo, causa desconcierto en los investigadores el hecho de que estos cráteres solo se han manifestado en Siberia occidental, debiendo haberse producido en el Ártico por completo en caso de que los procesos próximos a la superficie fueran los responsables de las explosiones. Por consiguiente, el misterio sigue latente mientras el Ártico se derrite y cambia el clima del mundo.