Los hallazgos, publicados en línea en la revista Geology, apuntan a un depósito desconocido y estable para el metano abiótico – metano no generado por la descomposición de carbono – que está «bloqueado» lejos de la atmósfera, evitando así que intervenga en el cambio climático global.
Científicos han encontrado en el océano Ártico una nueva fuente de metano en hidratos de gas: una sustancia como el hielo en sedimentos que atrapa metano en la estructura cristalina del agua congelada.
Los hallazgos, publicados en línea en la revista Geology, apuntan a un depósito desconocido y estable para el metano abiótico – metano no generado por la descomposición de carbono – que está «bloqueado» lejos de la atmósfera, evitando así que intervenga en el cambio climático global.
«Hemos encontrado un ejemplo donde el metano producido en una dorsal oceánica está encerrado de forma estable en hidrato de gas de agua profunda, evitando posiblemente que salga del fondo del mar«, dice el autor principal Joel Johnson, profesor asociado de Geología en la Universidad de New Hampshire.
Johnson señala que los hallazgos, que localizaron una fuente de metano abiótico en la corteza del fondo marino, indican que los hidratos de gas en todo el Ártico pueden ser suministrados por una parte significativa de gas abiótico.
El estudio se centró en el sistema de dorsales del Ártico en medio del océano y considerada una de las zonas de expansión tectónica ultralenta. Los científicos han sabido que el metano abiótico se puede generar en estos zonas a través de un proceso llamado serpentización, lo que implica la reacción de agua de mar con las rocas calientes derivadas del manto expuestas por el proceso de expansión.
El descubrimiento, realizado cerca de la Islas Svalbard, sorprendió a los investigadores. «No sabíamos si el metano abiótico podría suministrar sistemas de hidratos de gas tan cerca de las dorsales oceánicas», dice Johnson. «Se había pensado que los entornos de dorsales oceánicas podrían ser demasiado calientes para que los hidratos de gas se mantengan estables.»
De hecho, esos hidratos de metano son notablemente estables. Los investigadores demostraron que el sistema de hidrato es de larga vida, unos dos millones de años. Además, debido a que existen hidratos bajo el agua muy profunda – más de 1500 metros – el metano es menos vulnerable a la liberación potencial debido a los cambios del nivel del mar o el calentamiento del océano. Dicha estabilidad tiene implicaciones importantes para el cambio climático; como un gas de efecto invernadero, el metano es 20 veces más potente que el dióxido de carbono.
«Este trabajo muestra que hay partes del Ártico donde el metano abiótico está llegando hasta el fondo marino y en lugar de salir, queda atrapado en los hidratos de gas; se trata de encontrar en sí en un entorno estable durante millones de años», dice Johnson. En materia de cambio climático, agrega, «esta no es la parte del sistema de hidratos de gas que es más susceptible de cambiar en un calentamiento del Océano Ártico.»
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