Cuántas cosas no pueden estar depositadas en el fondo del océano Pacífico, sabiendo que es el más grande y profundo del mundo, pero que se halle un objeto interestelar y la NASA esté al tanto de su existencia, esa si es una noticia digna de asombro.
La profundidad del fondo del océano Pacífico ayuda a ocultar un hallazgo insólito ¡Vamos a descubrirlo!
Una expedición científica se demoró un año en recorrer las profundidades oceánicas hasta dar con uno objeto misterioso que fue bautizado con el nombre de IM1, suponiendo en primera instancia que se trata de un meteoro que cruzó el lejano espacio para venir a depositarse en el vasto y profundo lecho del océano Pacífico.
a principios de enero de 2014 y con ayuda de satélites del Departamento de Defensa de Estados Unidos se rastreó una zona con una extensión de aproximadamente 11 kms hasta localizar a más de 1600 metros de profundidad unas misteriosas esférulas
Los primeros estudios revelan que dichas esférulas forman parte de un objeto interestelar y su composición es completamente extraña, pues no posee ninguno de los elementos que se encuentran en la tierra o planetas que conforman el sistema solar.
Naturalmente, han surgido muchas interrogantes acerca del origen y propósitos de estas esférulas depositadas en el fondo del océano más grande del mundo, las cuales esperan ser respondidas con datos obtenidos de futuras expediciones.
Mientras tanto se ha pedido al equipo expedicionario que hizo el hallazgo, así como a expertos de la NASA, que revelen sus primeras hipótesis acerca de la naturaleza de este objeto interestelar.
¿Qué es lo que hay en el fondo? ¿Es cierto que es interestelar?
Una de las primeras hipótesis es que se trata de un objeto interestelar porque los resultados arrojados por el estudio de las muestras que pudieron extraerse del fondo oceánico dejan ver claramente que el material de las esférulas no se encuentra en este sistema solar.
Las muestras fueron sometidas a complejos estudios empleando sofisticados instrumentos de medición y análisis, entre los que se pueden mencionar:
- Rayos x mediante microfluorescencia
- Microanálisis con sonda electrónica
- Espectrometría de masa plasmica
Uno de los resultados fue completamente asombroso: Un 78% del material de las esférulas corresponde a la materia primitiva de nuestro sistema solar.
Sin embargo, más sorprendente aún es que el diez por ciento de las esférulas analizadas estaban compuestas por materiales completamente desconocidos.
A las esférulas con composición química tan singular se les ha denominado «BeLaU», lo que se traduce más o menos a material desconocido y de origen ajeno a nuestro sistema solar, lo que al final conlleva a preguntarse: ¿Qué dice la NASA al respecto?
La NASA tiene la última palabra ¿Aclarará u oscurecerá? ¡Veamos indicios de lo que hará!
Hasta ahora, como es clásico en el comportamiento de esta importante agencia espacial, no ha confirmado ni negado ninguna de las hipótesis respecto a la definición, composición u origen del objeto interestelar, planteando la necesidad de entrar en una nueva fase investigativa.
Por consiguiente, se espera que se aclaren las dudas tras la nueva fase con fecha de 2025 y que tiene como principal novedad el uso de un vehículo robot denominado Hércules para localizar fragmentos del IM1 de mayores dimensiones.
La necesidad de localizar y estudiar trozos más grandes del objeto interestelar es que esto permitirá ahondar en las propiedades del material, su antigüedad y origen, explicando a su vez el por qué ha podido mantener este material su integridad pese a las grandes presiones que hay en el fondo del océano.
En conclusión, encontrar claras respuestas a las interrogantes alrededor del objeto interestelar depositado en el fondo del océano Pacífico nos ayudarán a entender el origen del universo y posiblemente aclarar la madre de dudas, saber si estamos solos o bastante acompañados.
