Uno de los mayores sueños de la NASA es colonizar Marte, sin embargo, parece que lo estaban abordando desde el lugar equivocado. El mundo se ha enfocado en resolver los desafíos de logística, cómo viajar la inmensa distancia, cómo producir oxígeno y cómo construir refugios, pero en realidad, eso nunca fue lo más importante.
El sueño del viaje a Marte
El sueño de colonizar Marte sigue hasta hoy en día. La NASA se ha esforzado en resolver muchos problemas técnicos, sin embargo, a medida que pasan los años, la ciencia espacial ha revelado una amenaza nueva y más importante.
Esta nueva preocupación no tiene que ver con la capacidad de los cohetes, sino con el propio entorno marciano y su impacto directo en las misiones robóticas y, crucialmente, en la futura presencia humana.
Los viajes siempre han lidiado con la amenaza de la radiación, pero ahora los científicos han identificado un riesgo atmosférico que es más violento de lo que se creía y que pone en jaque la seguridad y la durabilidad de cualquier colonia.
El mayor desafío ya no es cómo llegar o qué construir, sino cómo proteger los equipos y la base de los vientos furiosos que barren la superficie del planeta. Un nuevo estudio revela que la atmósfera marciana genera unas estructuras violentas que podrían comprometer la energía solar.
Un problema que nadie había visto
Un estudio reciente, basado en 20 años de fotos de naves espaciales que giran alrededor de Marte, ha revelado la verdad sobre el clima. Estos vientos son invisibles, pero el famoso polvo rojo del planeta queda atrapado, formando remolinos de polvo, parecidos a tornados terrestres.
El Dr. Valentin Bickel, líder del estudio, afirma que estos remolinos se mueven mucho más rápido y son más comunes de lo que se pensaba. Usando Inteligencia Artificial para revisar las imágenes, los científicos hicieron un mapa de 1039 remolinos por todo el planeta.
Lo más preocupante es su velocidad, pues estos remolinos y sus vientos pueden llegar a 160 kilómetros por hora, mucho más que los globos chinos que cosechan energía, de hecho, esto es mucho más fuerte de lo que han medido los robots (rovers) que están en la superficie.
Esta velocidad tiene consecuencias serias para las misiones futuras. Los expertos creen que estos remolinos levantan muchísimo polvo hacia la atmósfera y el problema es que el polvo en suspensión es el enemigo de la energía solar.
El polvo ha sido la causa del fin de varias misiones, como el robot InSight en 2022, cuyos paneles solares dejaron de funcionar. Un científico, el Dr. Ralph Lorenz, advirtió que si no entendemos mejor estos remolinos, usar la energía solar en Marte «siempre será algo incierto a largo plazo».
Los misterios del clima de Marte
Estudiar el polvo es clave para entender el clima de Marte. Cuando el polvo sube, afecta las temperaturas y la atmósfera. Los remolinos de polvo son más comunes en zonas planas como Amazonis Planitia y son más activos en primavera y verano.
Estos hallazgos demuestran que los modelos que teníamos no eran lo suficientemente precisos. Necesitamos saber exactamente dónde y cuándo son más fuertes estos vientos para poder elegir el lugar de aterrizaje perfecto para futuras misiones.
La conquista de Marte ahora enfrenta un reto inesperado: la fuerza de su clima. El gran peligro no es la logística del viaje, sino la agresividad de sus vientos, que alcanzan los 160 km/h y levantan polvo sin parar. Si la ciencia no logra crear modelos precisos y formas de proteger nuestra tecnología de estos remolinos, cualquier intento colonización será un fracaso, tal como lo fue el primer coche de aire.